San Nicolás
.La
imagen de Santa Claus, el viejecito regordete y sonriente que trae
regalos a los niños buenos el día de Navidad, tuvo su origen en la
historia de San Nicolás.
Nicolás nació en una antigua provincia de Asia Menor, en el siglo IV. La
capital, Mira, estaba cerca del mar (hoy, corresponde al
sudoeste de
Turquía) y era una sede episcopal. Nicolás fue escogido obispo de esta
sede y ahí se hizo famoso por su extraordinaria piedad. Estuvo
encarcelado por defender su fe durante la persecución de Diocleciano.
Sus reliquias se encuentran en el pueblo de Bari, Italia.
Existen varias leyendas que hablan acerca de la vida de este santo:
Se dice que fue heredero de una gran fortuna, misma que dedicó a ayudar a
los pobres que conocía. Nicolás era feliz ayudando a los
demás,
especialmente a los pobres y a los esclavos. Era bueno, generoso y tenía
un gran sentido del humor.
En cierta ocasión, el jefe de la guardia romana de aquella época,
llamado Marco, quería vender como esclavo a un niño muy pequeño
llamado
Adrián y Nicolás se lo impidió.
En otra ocasión, Marco quería apoderarse de unas jovencitas si su padre
no le pagaba una deuda. Nicolás se enteró del problema y
decidió
ayudarlas. Tomó tres sacos llenos de oro y en la Noche de Navidad, en
plena obscuridad, llegó hasta la casa y arrojó los sacos
por la
chimenea, salvando así a las muchachas.
Marco quería acabar con la fe cristiana, mandó quemar todas las iglesias
y a encarcelar a todos los cristianos que no quisieran renegar
de su
fe. Así fue como Nicolás fue capturado y encarcelado.
Cuando el emperador Constantino se convirtió a la fe católica, liberó a
todos los cristianos y Nicolás era ya viejo. Cuando salió de la
cárcel,
tenía la barba crecida y blanca y llevaba sus ropajes rojos, que lo
distinguían como obispo. Con todo, los largos años de cárcel
no lograron
quitarle su bondad y su buen humor.
Los cristianos de Alemania tomaron la historia de los tres sacos de oro
echados por la chimenea el día de Navidad y la imagen de
Nicolás al
salir de la cárcel, para entretejer la historia de Santa Claus,
viejecito sonriente y gordinflón, vestido de rojo, que entra
por la
chimenea el día de Navidad para dejar regalos a los niños buenos.
El Nombre de Santa Claus viene de la evolución paulatina del nombre de
San Nicolás: St. Nicklauss, St. Nick, St. Klauss,
Santa Claus, Santa
Clós.
Para dar un sentido cristiano a la tradición: El ejemplo de San Nicolás
nos enseña a ser generosos, a dar a los que no tienen y a
hacerlo con
discreción, con un profundo amor al prójimo. Nos enseña a estar
pendiente de las necesidades de los demás, a salir de
nuestro egoísmo, a
ser generosos no sólo con nuestras cosas sino también, con nuestra
persona y nuestro tiempo.
La Navidad es un tiempo propicio para imitar a San Nicolás en sus
virtudes. Cada año, parece como si el espíritu de Nicolás efectivamente
viniera a la tierra y se introdujera a todas las casas de manera
misteriosa (tal vez por la chimenea), influyendo en todas las personas,
que
en esta época se muestran más dispuestos que nunca a dar regalos,
desprenderse de lo propio y ayudar a los demás. Seguramente, San
Nicolás
ha de sonreír desde el Cielo, al ver cómo la gente se vuelve generosa y
desinteresada, ocultando su identidad detrás de la
imagen exagerada y
graciosa de él mismo.
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