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joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, para su
sorpresa, descubrió que un Maestro sabio se encontraba atrás del
mostrador.
- ¿Qué vendes aquí? - le preguntó.
- Todo lo que tu corazón desee - respondió el Maestro.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear:
-
Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de
todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo se acaben las
guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la
corrupción y las violaciones a los derechos humanos.
Cuando el joven terminó de hablar, el Maestro le dice:
- Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas.
"Convierte en frutos las semillas que hay en tí".
(desconozco el autor)