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Uno de los motivos por los que tememos abrirnos, a otra persona, es por el miedo a ser heridos. Lo interesante es que cuando dos personas se abren a nivel “álmico” no hay posibilidad de herirse. Las heridas suceden, más que nada, a nivel del ego y sus agentes como son el cuerpo, la mente y las emociones. Los agentes del alma son la voluntad, la intuición y el pensamiento abstracto, el mismo que abarca una compresión mucho mayor de las motivaciones de uno y de otro. Aun así, en una relación, lo más probable es que existan heridas, pues la dinámica no solo sucederá a nivel del alma, sino a los otros niveles de nuestra existencia. El beneficio de estar abiertos al contacto entre almas es que, cualquier herida que suceda a otro nivel, puede ser superada por la fuerza del amor, la compasión y la comprensión, sobre todo.
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