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Hace
tiempo, en un lejano pueblo, había una casa abandonada.
Cierto
día, un cachorro, buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero en
el portón de la residencia. Subió lentamente las viejas escaleras de madera
hasta que se topó con una puerta semi-abierta: y se adentró en el cuarto,
cautelosamente.
Con gran sorpresa, se dio cuenta que dentro de esa habitación había mil
perritos más observándolo tan fijamente como él a ellos, y vio asombrado
que todos los cachorros comenzaron a mover la cola, exactamente en el momento
en que él manifestó alegría.
Luego ladró festivamente a uno de ellos y el conjunto de canes le respondió
de manera orquestada, idéntica. Todos sonreían y latían como él.
Cuando se retiró del cuarto se quedó pensando en lo agradable que le había
resultado conocer el lugar y se dijo: "
Volveré más seguido por aquí."
Pasado un tiempo, otro perro callejero ingresó al mismo ambiente. A
diferencia del primer visitante al ver a todos los congéneres del cuarto, se
sintió amenazado, ya que lo miraban de manera agresiva, con desconfianza.
Empezó a gruñir; y vio, maravillado, como los otros mil perritos hacían lo
mismo que él.
Comenzó a ladrarles y los otros también hicieron lo mismo ruidosamente.
Cuando salió del cuarto pensó: "Que
lugar tan horrible es este. Nunca regresaré."
Ninguno de los canes exploradores alcanzaron a reparar en el letrero
instalado en el frente de la misteriosa
mansión": "La casa de los
mil
espejos."
Los rostros que observamos del mundo son espejos. Tu mirada es todo lo que
consigues obtener de la realidad. Cada percepción demuestra las posibilidades
de proyección y de captación que nos permitimos.
Las cosas más bellas de la vida no se ven, se captan con el corazón.
Si las puertas de la percepción estuviesen totalmente abiertas descubriríamos
que navegamos en el infinito. Como están semi-cerradas, la vida, al igual que
el eco, o el espejo, nos devuelve lo que hacemos. La visita por la casa terráquea
es muy fugaz.
Consigue un espejo, sonríele al personaje que aparece y no te enojes no te
asustes si te contesta con una divina carcajada.
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