Entre los grandes misterios de amor de Jesucristo
que nos narran los Evangelios, lo que más sobrecoge es su
Pasión, su Muerte y Resurrección.
Los evangelistas nos van contando la traición de
Judas, el juicio inicuo ante los tribunales,
la flagelación y coronación de espinas y la sentencia
de muerte. Con la cruz a cuestas va camino del
Calvario, donde es despojado de sus vestiduras,
clavado en la cruz y puesto entre dos ladrones.
Después de tres horas de grandes dolores y
agonía, Cristo muere. Bajado de la cruz y
entregado a su Madre, pusieron a Jesús en el sepulcro.
¿Por qué murió Jesucristo? Para salvarnos, es decir,
para obtener el perdón de nuestros pecados y
devolvernos la gracia y la amistad con Dios, manifestando
su amor y mostrando la malicia del pecado.