STOP a las capas de plástico que ponen los supermercados a nuestra comida
Greenpeace ha lanzado una petición demandando a los supermercados que eliminen los envases de plástico de un solo uso de sus productos.
Estos envases suponen un gran problema medioambiental que sólo puede
solucionarse de forma efectiva si nos dirigimos a la raíz del problema,
la producción y el elevado consumo de plásticos.
Los supermercados tienen un papel crucial en esta problemática, ya
que la gran mayoría de sus productos están envasados y ofrecen escasas
alternativas a las personas consumidoras.
Sin embargo, los supermercados pueden cambiar la situación, ser
líderes en esta batalla ambiental si comienzan a ofrecer productos a
granel y otras alternativas a los plásticos.
La producción y el consumo de plásticos sigue aumentando cada año a
un ritmo alarmante, por lo que el flujo de estos materiales al medio
ambiente continúa en aumento.
Estos
envases suponen un gran problema medioambiental que sólo puede
solucionarse de forma efectiva si nos dirigimos a la raíz del problema,
la producción y el elevado consumo de plásticos.
Se estima que hasta 12 millones de toneladas llegan a los océanos cada año, y que el equivalente a un camión de basura acaba en el mar cada minuto.
“La contaminación por plásticos en los océanos es evidente,
de hecho la mancha de plásticos del Pacífico triplica ya la superficie
de España y en el Mediterráneo el 96% de las muestras de basura marina
en la superficie son plásticos, hay que actuar ya”, ha declarado Alba
García Rodríguez, responsable de la campaña de plásticos de Greenpeace.
“Poder consumir productos libres de plásticos en
supermercados es en muchas ocasiones imposible. Los supermercados deben
hacerse responsables de los materiales que ponen en manos de sus
consumidores si queremos parar el flujo de plásticos a nuestros mares y
océanos”, ha añadido.
Los plásticos de un solo uso generan graves
problemas en los océanos impactando en la fauna marina, e indirectamente
en el ser humano. Más de 550 especies de animales marinos ingieren
objetos de plástico y/o se enredan con ellos, lo que obstaculiza su
desarrollo vital, y en algunos casos causa su muerte.

Los plásticos pueden ser ingeridos por la fauna marina, incluyendo el
plancton, los crustáceos y los peces, y pueden causar problemas, tanto
por su presencia física en el intestino como a causa de los
contaminantes químicos que llevan, esas sustancias pueden ser
transferidas a sus tejidos, entrando en la cadena alimentaria hasta
llegar a nuestros platos.
Actualmente, ya se han descubierto pequeños fragmentos de plástico
(microplásticos) en varias especies de pescados y mariscos que
consumimos, que también pueden presentar sustancias tóxicas procedentes
de esos plásticos. Los enredos tienen también efectos devastadores en la
fauna marina, por los problemas de estrangulamiento, asfixia, o
restricción del movimiento que pueden ocasionar.
Parte de los plásticos que desechamos acaban en nuestros ríos y
mares a través del drenaje urbano, vertidos o lixiviados desde
vertederos, debido a su abandono deliberado, o a causa del vertido
accidental desde barcos o las aguas residuales de alcantarillados y las
plantas de depuración.
Debido a una gestión de residuos deficiente o a que se desechan de forma irresponsable, hoy día podemos encontrar plásticos en cualquier rincón del planeta,
desde en los fondos oceánicos más profundos, hasta en el hielo Ártico,
en nuestros ríos, costas e incluso dentro de la fauna marina.
Destacan por su abundancia los plásticos de un solo uso, envases que
tenemos minutos en nuestras manos y tardan cientos de años en
degradarse.
El reciclaje se ha planteado hasta ahora como la mejor solución a este problema, pero se sabe que aproximadamente el 90% de los plásticos que se consumen a nivel global no se reciclan.
Más del 60% de todo el plástico que se ha producido hasta el momento
continúa acumulándose en vertederos, o en el medio ambiente. La solución
pasa por reducir la producción y el consumo de plásticos de un solo
uso.