¿En qué momento producimos las personas más oxitocina? No es difícil adivinarlo: en el orgasmo, en las interacciones sociales placenteras y durante el parto y la lactancia. Así que el amor materno empieza a fraguarse muy pronto, a base de hormonas. No en vano la Organización Mundial de la Salud recomienda hoy que el recién nacido sano y su madre estén juntos -la observación del bebé "no justifica la separación", dice la OMS-, y que la lactancia sea "inmediata, incluso antes de que la madre abandone la sala de partos".
La mayoría admite hoy que hay un periodo sensible
inmediatamente después del parto, en el que el
recién nacido está tan receptivo al olfato y al tacto que,
colocado sobre el cuerpo de su madre, puede llegar él solo
al pezón y empezar a chupar. En cuanto a la madre,
para ella el bebé es una máquina de producir sonidos
, caricias y olores que disparan su neuroquímica del amor.
Basta que el bebé chupe los pezones para que ella produzca
oxitocina y prolactina. Y el pequeño no sólo busca comida.
Harry Harlow -para muchos un torturador de animales- demostró
en los sesenta que los bebés de mono prefieren madres
falsas de cálido paño incapaces de alimentarlos a otras
con biberón hechas de alambre.
"El recién nacido es un mamífero que necesita el contacto con la madre
que lo acaba de parir.
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