Vivimos cegados por los resultados y por
poseer cosas materiales. Ansiamos recibir
reconocimientos, aplausos, alabanzas, etc…
Pero realmente, al único que estamos alimentando
y atendiendo cuando sólo esperamos de la vida
este tipo de “ilusiones materiales”, es a nuestro
propio ego, no a nuestro espiritu, que es mucho
más verdadero que el propio ego superficial y vacío
que podamos creer como cierto o real. Todo lo que
realmente deseamos de la vida ya se
encuentra en nuestra propia riqueza interior más
auténtica y pura. Y el secreto es que a través
de esa riqueza podemos materializar en el mundo
físico cualquier cosa que nos propongamos.
Pero antes de que esto ocurra, debemos entender que
lo que deseamos manifestar en el mundo material
será sólo la consecuencia final de un estado interior
abundante de paz y riqueza en amor incondicional
y verdadero. Por lo tanto, cuando dejemos salir
nuestra paz interior al mundo externo de las
“ilusiones materiales”, obtendrémos de la vida lo mejor
que puede darnos.
Luis Garre
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