Somos de quien hemos dejado que nos conozca
de verdad, de esa persona con
quien podemos desnudarnos emocionalmente, sin miedos,
ni prejuicios, sin temor a ser juzgados o traicionados.
Esa sintonía de caracteres conforma una complicidad excepcional
que asienta los pilares del compromiso y de esa intimidad donde,
finalmente, nos sentimos seguros con alguien especial, con una
persona significativa en nuestro ciclo vital.