En Nepal cunde la preocupación por las montañas de basura
que se acumulan en el monte. La Asociación de Montañismo de Nepal
ha alertado en varias ocasiones sobre las grandes cantidades
de excrementos humanos que se congelan y no se descomponen
sobre las laderas del Everest. Por un lado, alertan
del problema de la contaminación que pueden generar y,
por otro, del riesgo sanitario que puede provocar la acumulación de este tipo de restos.
La temporada de escalada comienza a finales de marzo
y termina a finales de mayo. Durante la última temporada
de escalada, 202 alpinistas ascendieron por la parte tibetana
y otros 446 lo hicieron por la nepalí. Desde el año 2015,
las autoridades de Tíbet reparten a cada escalador dos bolsas
de basura con capacidad para ocho kilos.
Si no las llenan, tienen que pagar 100 dólares—unos 85 euros—
por cada kilogramo de basura de menos.
Ningún escalador ha sido multado este año,
ya que, según el Global Times, son conscientes de la importancia
de proteger el medio ambiente. La mayoría de la basura que
se recoge en la montaña, afirma el mismo diario,
se puede reciclar y puede ser
convertida en souvenirs para los turistas.