La contaminación afecta y de qué manera a la vista
La doctora Míriam Barbany, especialista del Departamento de Córnea, Catarata y Cirugía Refractiva del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), ha señalado que "todavía hay poca conciencia e información" sobre los efectos dañinos de la contaminación sobre la salud de los ojos, pero que esta es una "amenaza creciente" porque puede producir irritación e inflamación de la superficie ocular, como queratitits o conjuntivitis.
"La superficie ocular está constantemente expuesta al exterior, por lo que no es inmune a los componentes tóxicos que están presentes en ambientes contaminados. En las ciudades europeas, sobre todo debido a la industrialización y al tráfico, la concentración de partículas en suspensión puede llegar a multiplicar por 7 las recomendaciones internacionales, mientras que gases como el dióxido de nitrógeno pueden hacerlo hasta por 5", advierte la experta.
Según la doctora Barbany, una de las primeras afectadas es la película lagrimal que nutre y protege el ojo y que "parece ver alterada su composición, lo que empeora la calidad y la estabilidad de la lágrima y repercute en la inflamación de la superficie ocular, propiciando el síndrome del ojo seco". "La contaminación es uno de los factores de riesgo potenciales de esta enfermedad multifactorial y crónica que cada vez se reconoce como más compleja", añade.
Así, explica que algunos de los síntomas típicos que produce y que pueden agravarse en entornos con mucha polución son enrojecimiento ocular, sensación de cuerpo extraño, picor, cansancio en los ojos, lagrimeo, fotofobia o visión fluctuante, pero, "además de causar molestias oculares y problemas visuales, es importante recordar que el ojo seco también provoca lesiones corneales y conjuntivales".
"Dado que solo una fina capa de lágrima separa la córnea y la conjuntiva de los agentes nocivos del entorno, estos pueden inflamar ambas estructuras y provocar queratitis por el contacto con aguas contaminadas o sustancias tóxicas, así como conjuntivitis irritativas debidas a la exposición a humos, gases o diferentes productos químicos", agrega Balbany.
"La superficie ocular está constantemente expuesta al exterior, por lo que no es inmune a los componentes tóxicos que están presentes en ambientes contaminados.
Por otro lado, recuerda que la polución puede agravar ciertas alergias oculares y aumentar la intolerancia de algunos pacientes a las lentes de contacto, "cuyos hábitos de uso e higiene deben ser especialmente cuidadosos para evitar posibles complicaciones".
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Más vulnerables al sol
Según esta oftalmóloga del IMO, un último efecto de la contaminación a tener en cuenta es la reducción de la capa de ozono, "una preocupación mundial contra la que se sigue luchando ya que, a medida que se adelgaza en distintas latitudes del planeta, pierde su capacidad de absorber hasta el 99 por ciento de los rayos ultravioleta".
Como consecuencia, detalla que aumentan sus efectos dañinos sobre la salud, también de los ojos. "No protegerse adecuadamente ante una radiación solar intensa y prolongada puede provocar molestias y lesiones en la superficie ocular, como sequedad, fotoqueratitis o pterigion, tumores palpebrales o conjuntivales y la aceleración de patologías degenerativas como la Degeneración Macular Asociada a la Edad o la catarata", concluye la doctora.