Bailar es una manera de hacer poesía con el cuerpo.
Dicen que la danza es una de esas artes en la que solo
destacan quienes se quieren mucho a sí mismos.
Esto tiene mucha lógica, si se tiene en cuenta que para ser buenos
bailarines tenemos que conocer bien nuestro cuerpo, conectarlo
con nuestras emociones profundas y permitir que se
expresen a través de movimientos dirigidos.
En el baile siempre opera una suerte de felicidad,
aunque haya danzas que expresen un sentimiento dramático.
En el baile también se pone en juego un acto de libertad,
en tanto que se trata de una ruptura con los movimientos habituales
y le permite a cada quien convertir su cuerpo en un medio artístico.
“Las expresiones más auténticas de la gente están en su baile
y en su música. El cuerpo nunca miente”
-Agnes de Mille-
No todos podemos ser bailarines profesionales, pero
definitivamente el baile está al alcance de todos y, de hecho,
se encuentra presente en infinidad de situaciones sociales.
Para eso están ahí las discos y para eso también se hacen fiestas
regionales o familiares.
Muchos sentimos que una fiesta que no incluya baile es una
fiesta incompleta, porque bailar es sinónimo de
celebración y de alegría.
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