¿Por qué presumes, buen compañero,
de tus avances espirituales?
¿Aún no vislumbras, en tu sendero,
que todos somos “igual de iguales”…?
¿Te has preguntado, alguna tarde,
-tal vez de un modo ocasional-,
si de tus logros hacer alarde…
no es “vanidad espiritual”…?
¡Sí...!, son gloriosas tus visiones…
¡Sí!...!, canalizas como el mejor…
¡Sí…!, reconozco todos tus dones…,
…más dime, amigo…: ¿Sientes amor…?
Y también dime: …al andar aquí,
¿tu gesto es dulce…?, ¿suave es tu voz…?,
…en cada hermano…¿te ves a ti…?,
…y en su mirada…¿lo ves a Dios…?
¡Nadie es más grande…ni más pequeño
cuando lo miras en su interior!,
y como el fuego lo busca al leño…
¡todos buscamos igual calor!
Y nadie es más “iluminado”
porque ha expandido su conciencia…,
que en el camino desandado…
¡es solamente otra experiencia!
Y si has logrado entrar al Templo
de la más alta vibración…,
¡entonces vuélvete un ejemplo,
sin hacer de ello ostentación!
Que aquél que sirve…y aquél que ama,
nunca pretende publicidad…:
no lo divulga…ni lo proclama…,
y simplemente…¡sólo se da!
Cuando recuerdas al fin Quién Eres,
¡ya no pretendes adulación!:
vas abrazando todos los seres…
¡porque te nace del corazón!
Sin “especiales”…, sin “elegidos”…,
ni “descarriados” por rescatar…,
todos volvemos juntos al Nido…,
la Casa Grande…, ¡el Dulce Hogar!
Jorge Oyhanarte