No permita, por ningún motivo, que el desánimo domine su día. Si piensas, sobre todo en los primeros instantes, que el día será penoso, desagradable, eso será igual a llamar la dificultad para cerca de ti. Pero si cree que nada podrá hacerlo triste o infeliz, pondrá el corazón a salvo de tormentos. ¿Los días no tienen que ser vividos? Entonces, ¿por qué entregarse a lo que infelicita? No te pierdas la oportunidad de ser feliz. La felicidad de un instante queda grabada para siempre en el corazón.
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