Cuando al hecho de ser mujer se añade la cuestión relativa a la raza,
hace evidente el doble peso de la discriminación por motivo de género
y la discriminación racial y otras formas conexas de intolerancia.
Las desventajas que encaran las mujeres pertenecientes a minorías
en relación con el mercado de trabajo, la trata de mujeres
y la violencia contra la mujer basada en la raza
constituyen esferas de especial preocupación.
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