Las historias, parábolas y metáforas, son como bálsamos para nuestra vida diaria. La tradición de contar historia ya forma parte de todos los pueblos, y se cultiva en las familias y en las escuelas. El poder de los cuentos terapéuticos, o metáforas, es conocido y reconocido por médicos, psiquiatras, psicólogos, profesores, mentores y líderes. El cuento respeta la historia de cada uno y en él se deposita la confianza de que todos sabrán utilizar las enseñanzas allí escritas o contadas de la mejor manera, en el momento oportuno, para su mayor bien. La historia es el alimento del Alma. Diviértete leyendo o escuchando. ¿Alguna vez se detuvo para observar un cachorro, o un gato, o una planta en brotes? O incluso el cielo por la mañana, o el sol al final de la tarde? Un árbol perdido en medio de las casas, o un jardín de la plaza entre tantos edificios inmensos? La simplicidad de la complejidad de la naturaleza. ¿Cuál es el alimento del Alma? Lo que nutre nuestra alma, nuestra conexión con la fuente son nuestros pensamientos. Es imposible controlar la cantidad inmensa de pensamientos que pasan por nuestra mente en segundos. Eso si pensamos sólo en lo que recordamos conscientemente. Nuestra mente está repleta y congestionada de pensamientos todo el tiempo. Silenciar la mente es tarea para los yoguis entrenados. Son años de práctica. Pero lo que podemos hacer es gestionar el flujo de pensamientos. Elegir lo que pensamos. Reenviar cada pensamiento a su debido lugar. Como un pastor y sus ovejas. Ellas están allí y él las conduce a cada pasto de acuerdo con su voluntad y orientación. O incluso para los cercados donde dormir con seguridad. Nuestros pensamientos se pueden comparar con ovejas. A veces, ruidosos, que se balancean todos al mismo tiempo, de todos los tamaños y tonos diferentes. Cada uno exigiendo algo diferente y personal. Es a esa hora que podemos entrar en escena como un entrenado perro pastor y colocar orden en la casa. Un ladrido más fuerte para aquellos que están más irritados y ensordecedores. Una carrera alrededor de las pequeñas perdidas y luego vuelven al rebaño, sintiéndose seguras y en silencio. Una dirección, apuntando el camino hacia todo el grupo para que sigan para el pasto correcto. El más verde, el más harto, el más preparado para recibirlas. ¿Dónde podrán pasar la mañana o la tarde comiendo la hierba verde y fresca, nutridora ... El agua limpia cristalina y abundante ... Y el pastor. Bueno, este es Dios, y Dios nunca descansa ... Piense en eso ... ruidosos, que se balancean todos al mismo tiempo, de todos los tamaños y tonos diferentes. Cada uno exigiendo algo diferente y personal. Es a esa hora que podemos entrar en escena como un entrenado perro pastor y colocar orden en la casa. Un ladrido más fuerte para aquellos que están más irritados y ensordecedores. Una carrera alrededor de las pequeñas perdidas y luego vuelven al rebaño, sintiéndose seguras y en silencio. Una dirección, apuntando el camino hacia todo el grupo para que sigan para el pasto correcto. El más verde, el más harto, el más preparado para recibirlas. ¿Dónde podrán pasar la mañana o la tarde comiendo la hierba verde y fresca, nutridora ... El agua limpia cristalina y abundante ... Y el pastor. Bueno, este es Dios, y Dios nunca descansa ... Piense en eso ... ruidosos, que se balancean todos al mismo tiempo, de todos los tamaños y tonos diferentes. Cada uno exigiendo algo diferente y personal. Es a esa hora que podemos entrar en escena como un entrenado perro pastor y colocar orden en la casa. Un ladrido más fuerte para aquellos que están más irritados y ensordecedores. Una carrera alrededor de las pequeñas perdidas y luego vuelven al rebaño, sintiéndose seguras y en silencio. Una dirección, apuntando el camino hacia todo el grupo para que sigan para el pasto correcto. El más verde, el más harto, el más preparado para recibirlas. ¿Dónde podrán pasar la mañana o la tarde comiendo la hierba verde y fresca, nutridora ... El agua limpia cristalina y abundante ... Y el pastor. Bueno, este es Dios, y Dios nunca descansa ... Piense en eso ... de todos los tamaños y tonos diferentes. Cada uno exigiendo algo diferente y personal. Es a esa hora que podemos entrar en escena como un entrenado perro pastor y colocar orden en la casa. Un ladrido más fuerte para aquellos que están más irritados y ensordecedores. Una carrera alrededor de las pequeñas perdidas y luego vuelven al rebaño, sintiéndose seguras y en silencio. Una dirección, apuntando el camino hacia todo el grupo para que sigan para el pasto correcto. El más verde, el más harto, el más preparado para recibirlas. ¿Dónde podrán pasar la mañana o la tarde comiendo la hierba verde y fresca, nutridora ... El agua limpia cristalina y abundante ... Y el pastor. Bueno, este es Dios, y Dios nunca descansa ... 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