Vigila la postura correcta: Es importante que la espalda esté recta
y ligeramente inclinada hacia adelante, en línea con la pelvis.
La cabeza tiene que estar hacia arriba y el manillar alto.
Asegúrate de que utilizas un sillín adaptado a la mujer:
Hasta hace bien poco, los sillines que se comercializaban estaban adaptados
a la anatomía del hombre,
para que su próstata no sufriera. Esos sillines hacen que las
mujeres apoyen todo su peso sobre el
Músculo perineal, haciendo que éste sufra una sobrecarga. Los sillines adecuados
están diseñados de tal manera que apoyes tu peso sobre los isquiones,
o huesos de la pelvis.
Procura no pedalear de pie, que es cuando más presión
se ejerce sobre el suelo pélvico.
Debes consultar a tu médico si tu caso es alguno de los siguientes:
Has sido madre recientemente: El Pregnancy Centre de Australia aconseja
no montar en bicicleta antes de haber terminado los ejercicios de recuperación
tras el parto, que suelen durar un mínimo de dos meses. Una vez tu suelo pélvico
haya retomado el tono adecuado, lo aconsejable es empezar con paseos suaves
y siempre sentada en el sillín, para ir incrementando gradualmente la intensidad del ejercicio.
Has sufrido una cirugía de suelo pélvico. Como regla general, el ejercicio
en bicicleta no es aconsejable tras haber sido intervenida de una afección del suelo pélvico.
Tras la intervención quirúrgica lo más probable es que te indiquen un programa
fisioterapéutico de recuperación de tus músculos. Consulta a tu médico
o fisioterapeuta cuándo podrás retomar la bicicleta.
Si sufres incontinencia urinaria, ya sea de esfuerzo o de urgencia. En principio la
bicicleta no tiene por qué agravar tu problema, pero es conveniente que consultes con tu médico.