Para la OMS, los microplásticos en el agua potable no conllevan riesgo para la salud
No obstante, se pidieron esfuerzos mayores para reducir la contaminación global producida por el plástico.
La cantidad de microplásticos contenidos en el agua potable no representa un riesgo para la salud de quien los ingiere, afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la investigación publicada este jueves, aunque subrayó que hace falta investigar más para saber con certeza el efecto que pueden tener en la salud de las personas.
La investigación de OMS explica que los fragmentos de material plástico están “omnipresentes en el ambiente”; incluso en el agua para beber -tanto en el agua corriente como embotellada- y muy probablemente esto se deba a los sistemas de tratamiento y distribución.
Bruce Gordon, coordinador de la OMS en el sector del agua y los servicios higiénico-sanitarios, comentó que "el hecho de que ingiramos microplásticos no significa que ellos representen un peligro para la salud de los seres humanos. La principal conclusión, creo yo, es que tanto si eres un consumidor de agua embotellada o de grifo, no deberías preocuparte”.
Sin embargo, Gordon reconoció que los datos disponibles por el momento son “débiles” y que es necesario investigar más a fondo el tema.
En este sentido, el funcionario solicitó esfuerzos mayores para reducir la contaminación global producida por el plástico.
Cómo se crean los microplásticos
Los microplásticos se crean cuando los materiales artificiales se descomponen en partículas minúsculas de aproximadamente 5 milímetros, si bien aún no hay una definición científica rigurosa al respecto.
El estudio presentado constituye el primero en su tipo sobre los principales riesgos. En el reporte se constata que, durante décadas, las personas han consumido microplásticos y otras partículas presentes en el ambiente sin darse cuenta, y sin que ello haya acarreado daños.
Gordon afirmó que, si bien la ONU continúa monitoreando los niveles de microplásticos en el agua, la prioridad son las bacterias, que provocan tifus y cólera.
“Estas causan enfermedades de forma inmediata, y pueden matar a un millón de personas”, concluyó.
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