Más importante que una buena comida es estar a gusto en las reuniones navideñas.
"Estamos tan bombardeados por la presión social de preparar una
buena cena y unos buenos regalos, que perdemos de vista
lo verdaderamente importante, que es disfrutar con los demás",
opina Montserrat Mendicute, psicóloga clínica y formadora
de la Escuela Vasca de Terapia Gestalt.
La causa de que en Navidad se den más bajones anímicos que
durante el resto del año está, en su opinión, en las
altas expectativas que uno se pone en estas fechas.
"Hemos pasado de los valores religiosos, que incluían un mayor apego
a lo afectivo, a los valores socioconsumistas".
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