La industria peletera extermina a 60 millones de animales al año, de ellos, 40 millones provienen de granjas
y los 20 restantes son capturados mediante la caza. Además, otros 60 millones de animales no útiles para peletería
caen en las trampas. Todos ellos mueren estrangulados, desangrados, o de inanición en cepos, electrocutados, gaseados
o despellejados. Para la industria, sólo cuenta el beneficio económico, no se tiene en cuenta que estos animales tienen
capacidad de sufrir.
Para denunciar esto, medio centenar de personas, entre activistas y personas colaboradoras de la organización Animaliok se
concentraron enfrente del Teatro Arriaga en Bilbao bajo el lema “Piel es asesinato”, para visibilizar el sufrimiento que padecen
los millones de animales que son explotados cada año por la industria peletera para ser usados como productos de piel.
Con esta acción han querido que comprendamos que lo que salva o condena a estos indefensos animales, son nuestras
decisiones como personas consumidoras.
La mayor parte de las pieles con pelo provienen de animales encerrados en jaulas durante toda su vida, la conocida
como cría en cautividad que, para los individuos que la padecen, es una condena que solo acabará el día de su asesinato. A los
visones se les mantiene normalmente en jaulas de 40x40x50 cm. La capacidad de movimiento para estos animales es
prácticamente inexistente, apenas pueden darse la vuelta lo que les ocasiona estrés, angustia y lesiones provocadas por si mismos
u otros visones.
Para fabricar UN SOLO ABRIGO de piel, hacen falta:
20 focas bebé, 8 focas adultas, 17 linces, 6 leopardos, 15 ocelotes, 12 lobos, 60 visones, 60 martas, 20 zorros, 20
nutrias, 30 castores, 30 mapaches, 250 ardillas.
Los animales utilizados para confeccionar prendas de vestir, son seres auto conscientes y capaces de sentir. Por este motivo
deberían tener unos derechos básicos como el derecho a la vida y el derecho a no ser utilizado como medio o como recurso, aún
cuando tal utilización suponga beneficios para los seres humanos. El beneficio o disfrute que obtengamos de la explotación de
un animal en ningún caso puede justificar la discriminación que ejercemos sobre ellos.
Con este acto de protesta queremos transmitir a las personas que está en nuestras manos crear un cambio, está en
nuestras manos que los animales dejen de ser las víctimas olvidadas del abuso y la explotación. La mayoría de los
productos para vestirnos no tienen detrás sufrimiento y muerte de animales, escojamos con ética.
Una sociedad basada en los valores de justicia e igualdad no puede seguir generando estas víctimas inocentes. Es
necesario que la sociedad entienda que la explotación y muerte de los animales es ilegítima, injusta e innecesaria.