La naturaleza sorprende y nos hace reflexionar sobre la acción del hombre sobre la Tierra , en este caso concreto, respecto del turismo desmedido.
Después de días sin presencia humana debido al aislamiento obligatorio provocado por la enorme propagación del coronavirus en
Italia, los canales de Venecia lucen cada vez más cristalinos, como espejos, lo que permite contemplar peces nadando en un agua que, de
a poco, se va tornando azul. La ausencia de tránsito también atrajo la visita de cisnes y patos que se pasean tranquilos sin temor a botes y motores.
Desde la oficina de Luigi Brugnaro, el alcalde de Venecia, explicaron que no significa que el agua haya mejorado sino que se ve cristalina
debido a que la menor cantidad de tránsito por los canales mantiene los sedimentos en el fondo y evita el tono verdoso al que
estamos acostumbrados. También agregaron que el aire efectivamente se ha limpiado gracias a la ausencia de vehículos a motor.
El fenómeno de las nuevas postales de Venecia se multiplicó a través de las redes sociales. Entre los miles de mensajes sobre las
imágenes, una usuaria de Twitter escribió: “Un efecto inesperado de la pandemia: el agua que fluye por los canales de Venecia está limpia
por primera vez en mucho tiempo. Los peces son visibles, los cisnes han vuelto”.