Qué es el ‘vamping’ y por qué es importante
ponerle freno urgentemente
Es un hábito muy extendido que muchas personas practican a diario,
pero que puede tener consecuencias negativas, físicas y mentales
¿Suele acostarse con las luces ya apagadas y echarle un vistazo a la tableta,
al portátil o al móvil para comprobar si se ha comentado algo en el grupo de
WhatsApp de padres del colegio? ¿O mirar si un antiguo novio ha colgado alguna
foto más en Facebook? ¿O quizás ver un capítulo de su serie favorita...?
Es un hábito muy extendido que muchas personas practican a diario, pero que
puede tener consecuencias negativas, físicas y mentales. No solo por la
exposición a la luz de los dispositivos, sino por los contenidos e información que
recibe nuestra mente y su impacto en nuestro bienestar emocional.
El término vamping viene de las palabras inglesas vampire (vampiro) y texting
(enviar mensajes), según la Asociación de Internautas. La Clínica Universidad
de Navarra (CUN) advierte que este “fenómeno tecnológico” produce una
alteración del sueño que influye en su calidad y en el apetito, ya que aumenta
la sensación de hambre e induce a comer más, sobre todo dulces.
“Utilizar las nuevas tecnologías antes de dormir tiene efectos negativos para la
salud, ya que la luz de las pantallas afecta la calidad del sueño y nuestro
rendimiento”, asegura la doctora Ángela Milán, neuróloga de la Unidad del
Sueño de la CUN. El problema de usar pantallas antes de dormir reside en
la luz azul de onda corta emitida por los aparatos electrónicos.
Para conciliar el sueño, nuestro cerebro comienza a producir melatonina, la
hormona que regula el ciclo del sueño, unas dos horas antes de irnos a dormir..
Encender la pantalla
“Si utilizamos aparatos electrónicos con luz, el cerebro entiende
que aún es de día y no segrega esta hormona, por lo que
retrasamos el inicio del sueño y dormimos menos horas,
lo que llamamos insomnio tecnológico", explica la doctora Milán.
“El vamping es un fenómeno nuevo que va en aumento en los últimos
años, sobre todo entre adolescentes, pero también los niños,
que tienen móviles siendo cada vez más jóvenes”.
“La alteración en la segregación de la melatonina estimula nuestro
apetito y la apetencia por alimentos más grasos y dulces”,
apunta María Alija, endocrinóloga pediátrica de la CUN.
“Si no respetamos nuestros ciclos de sueño y, además, utilizamos
pantallas antes de dormir, alteramos el proceso natural, por lo que
tenemos más hambre y engordamos más”, añade.
También, la reducción de horas de sueño aumenta el cansancio
y no estamos tan activos, lo que a largo plazo también afecta el peso.
Candado nocturno
Para lograr un mejor descanso, Paoli recomienda no llevar
dispositivos electrónicos como móviles o tabletas a la cama,
así como evitar usarlos en los momentos previos al sueño.
Incluso desaconseja tener televisión en el dormitorio.
“Todas las pantallas deben ser desterradas del dormitorio”, recalca
. Recomienda, además, crear rituales vespertinos, haciendo algo que
nos tranquilice o relaje antes de dormir, como darnos una ducha
o beber una infusión. También indica que se puede volver a lo clásico:
dar un paseo, leer un libro, pintar, escribir, escuchar música o
practicar alguna técnica de relajación o respiración.
“En definitiva, la base es hacer un uso consciente, sano y voluntario
de nuestro tiempo de ocio digital, para poder funcionar correctamente
al día siguiente. Hay que aprender a gestionar la duración del acceso
a la red y a disfrutarlo con autodisciplina y autocontrol, priorizando
nuestra salud”, señala. Para Paoli “es fundamental hacerse consciente
tanto de la cantidad de horas que estamos expuestos a los dispositivos
como de las consecuencias del vamping, que puede quitarnos horas de
sueño y tranquilidad”. “Al interactuar con los dispositivos y las pantallas que
muestran contenidos diseñados para atraernos durante horas y horas,
nuestro cerebro segrega dopamina, la hormona de la felicidad y
el bienestar, produciendo un estímulo placentero al cual es difícil
sustraerse, haciéndonos perder la noción del tiempo”, apunta.
Mª Jesús Ribas
La psicóloga y experta en adicciones tecnológicas Gabriela Paoli recomienda:
- Marcar un tiempo para el ocio digital fuera de las horas de la noche.
- Dejar el móvil o la tableta fuera de la vista para que no nos den ganas de utilizarlos.
- Poner los dispositivos en modo avión o apagar el wifi antes de irse a dormir, para no caer en la tentación de consultar los aparatos.
- Reforzar la actitud de que tenemos el control de la situación es esencial.
|