Los gatos de los bosques de Noruega, también llamados cariñosamente "scogkatts" y "wegies",
figuran de forma destacada en la literatura y en la historia de los países nórdicos.
Estos gatos son grandes, de pelo largo, de fuerte voluntad y tienen la reputación de
ser un poco gruñones.
El gato bosque de Noruega promedio pesa de 7 a 9 kilos y tiene un subpelo lanoso denso
cubierto por un pelaje exterior largo y sedoso. Tienen mechones en las orejas,
como los linces,
y son extremadamente resistentes al frío y a la humedad. También tienen la
reputación de ser mejores escaladores que el gato promedio,
de ser muy inteligentes y de ser muy amantes de sus dueños.
Las leyendas dicen que los vikingos recogieron algunos gatos en Gran Bretaña
hace mucho tiempo y se los llevaron a casa, donde se adaptaron a las condiciones
locales. Es posible que se hayan cruzado con gatos ya presentes en la zona. Esta
era la mascota favorita de los vikingos.
Los gatos jugaban dos papeles primordiales en la vida de los vikingos: mataban a los ratones
y demás roedores y eran excelentes mascotas, pues proporcionaban afecto, mimos
y diversión. Esta raza, en particular, parece que es capaz de involucrarse en las
conversaciones y, a menudo, maullará cuando sus dueños le hablen.
A pesar de su legendario pasado, esta raza de gato casi se extingue durante la
Segunda Guerra Mundial. Fue rescatado por dedicados criadores en Noruega, pero
por desgracia, durante ese período de tiempo esta raza sufrió de una severa
consanguinidad, lo que ha hecho que la raza sea susceptible a enfermedades
cardíacas y renales, y algunos acarrean con un reordenamiento del gen que
codifica para la enzima ramificadora del glicógeno, lo que puede llevarles a
desarrollar enfermedades de almacenamiento de glicógeno tipo IV. Los criadores
han prometido librarse de todos estos problemas a través de pruebas genéticas de
todos los potenciales animales reproductores.
años. Actualmente, esta raza de gato es muy popular en Noruega, Suecia y en
Francia.