"El otoño es la estación de las brujas, tal vez porque reconocemos ese Sacrificio de la Madre en nosotras, las brujas sacrificamos nuestra juventud muy pronto porque todo lo que traemos con nosotras de otras vidas nos hace llegar a un otoño del alma a una edad temprana
La mayor parte de nuestra existencia es un largo día dorado de otoño en el que los velos de nuestros ojos y los velos que separan los mundos, caen sin cesar como hojas al viento a lo largo de los años hasta que ya nada nos ciega. En el Equinoccio celebramos la sabiduría de aceptar que la vida pasa y el tiempo nos cambia."