Malcriar no tiene nada que ver con consolar, con atender
necesidades, con apagar miedos o nutrir con abrazos
o caricias.
Quien “mal cría” es quien no hace caso y abandona...
La tarea de entender emociones y trabajarlas es algo que
requiere paciencia e intuición, algo que nunca deberemos
pasar por alto “solo porque son pequeños”.
Las cosas pequeñas de ahora pueden transformarse en
grandes abismos el día de mañana , por ello, es necesario que
prestemos atención, que los alimentemos con emociones
positivas poniendo en práctica el arte del biencriar.
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