Camino entre la gente que viste las calles. Entre idas vueltas... en busca de nadie. El sol ya declina como mi corazón en la tarde. y esta tristeza mía. Que agoniza en el parque. Porque presiento a los parias, mendigando entre árboles.
Mi voz no tiene eco mis ojos no ven. Me siento miserable la sangre se me cuaja en las venas que arden. Estoy ¡Tan herido! que no puedo mirarles aunque sea con el alma y quisiera importarles ya en el ocaso de mi vida Reconozco que no fui feliz Teniéndolo todo... Y fue culpa ¡DE NADIE!