Una música ligera como por arte de magia guiaba mis pasos, el crujir de las hojas y la danza del polvo en el viento… Sabía que nos encontraríamos en un día de otoño. El cielo tenía que ser exactamente así: velado y respetuoso de tu fina figura. La calle.Siempre imaginé que era así: bordeado de árboles y hojas de mil colores. Color y Música, Perfume y Sonido… y tú… Poesía.