Mayor luz solar, más felicidad
En primavera, nuestras horas de vigilia disponen de más luz solar,
lo cual influye en nuestro estado de ánimo positivamente.
En este sentido, existen dos vías por las que los rayos del sol influyen en
nuestras emociones: la cutánea y la ocular.
Si exponemos nuestra piel al sol lo suficiente,
absorberemos altos niveles de vitamina D
aumentando el nivel de neurotransmisores tales como la serotonina
o la dopamina, íntimamente ligados a los estados de ánimo,
aumentando así nuestra felicidad y bienestar.
Por otro lado, a través de los ojos, las ondas electromagnéticas de la luz llegan a la glándula pineal,
que es una estructura que se encuentra en el centro de nuestro encéfalo.
Cuando esta glándula recibe más cantidad de luz solar, además de
segregar altos niveles de serotonina, produce bajos niveles de melatonina,
lo cual hace que tengamos menos sueño
y estemos más alegres.
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