Temí estar solo pero, aprendí a amarme y, ser mi mejor compañía.
Temí fracasar y descubrí que, no intentar es fracasar.
Temí cuando la gente me criticaba y, aprendí a crecer con sus opiniones.
Temí al rechazo y, aprendí a tener fe en mi mismo.
Temí al dolor y, paso a paso, aprendí a crecer con él.
Temí la verdad y descubrí que lo negativo es la mentira.
Temí al odio hasta que comprendí que es parte del amor y del vivir.
Temí al ridículo pero aprendí a reír de mi.
Temí a la vejez y la vi llegar paulatinamente, acompañada de sabiduría.
Temí al pasado hasta que pude dejarlo atrás.
Temí a la oscuridad y, en base a ella, reconocí mi luminosidad y pude ver una estrella en el infinito.
Temí cambiar y, observando, pude notar que una linda mariposa surge cuando la oruga da paso al cambio que le permitirá volar.
En fin... Temí a todo y todo era aprender a vivir, crecer, avanzar y coexistir.