Que me duele que la sensatez de
las emociones me pasen por alto.
¡Me duele sentir tanto!
Pero al mismo tiempo
sería peor condena
no vivir de la frialdad
del agua.
El calor de los arena bañada por el sol.
La tibieza de los aromas provenientes de
la flor.
Sería dormir en el caos de una tempestad cuya alteración
del orden parece estar premeditada.
El Creador del principio y del fin
que me da palabras para despertar.
Para buscar , para crear, para soñar
y escribir.
Es el mismo que dio lugar a la estrella
para dibujar constelaciones que mis ojos no han de ver
pero cuyo misterio, preserva consigo mi admiración por todo aquello que no sé.
Vivo porque siento los latidos de un corazón
El dolor de una espina
y la sensibilidad de los poemas.
Hacce 13
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