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Mis nervios están locos, en las venas la sangre hierve, líquido de fuego salta a mis labios donde finge luego la alegría de todas las verbenas.
Tengo deseos de reír; las penas que de donar a voluntad no alego, hoy conmigo no juegan y yo juego con la tristeza azul de que están llenas.
El mundo late; toda su armonía la siento tan vibrante que hago mía cuando escancio en su trova de hechicera.
Es que abrí la ventana hace un momento y en las alas finísimas del viento me ha traído su sol la primavera.
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