El amor divino es mi consuelo en un mundo siempre cambiante.
Consuelo
Cada día recuerdo que las cosas del mundo son temporales, pero las del Espíritu son eternas. La Tierra ha cambiado con el pasar de miles de años, mas Dios permanece inmutable. Dios es vida, la esencia misma de vida en todo. Dios es amor y abarca todo el amor que ha existido.
Al acudir a mi interior encuentro el amor constante y eterno de Dios como mi consuelo eterno. No importa lo que suceda en el mundo externo, en mi corazón hay un lugar intacto de paz. Cierro los ojos, inhalo profundamente y me vuelvo consciente de este lugar callado. No importa donde esté o lo que suceda a mi alrededor, el Amor Único que siempre está allí me consuela.
“Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que has dicho a tu siervo.”—Salmo 119:76
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