LAS 10 FRASES QUE NO DEBERIAS DECIRLES A TUS HIJOS
LAS 10 FRASES QUE NO DEBERIAS DECIRLES A TUS HIJOS
•Eres tan…: Esta frase es una de las más comunes que los padres utilizan sin
saber la magnitud de lo que pueden ocasionar. Se presta mucho para asignarle
etiquetas a los niños: “Eres tan tonto”, “Eres tan insoportable”, etc.
Aunque tus intenciones no sean dañarlos, estás asignándoles una cualidad que
puede no ser real, sino únicamente tu percepción sobre ellos. Lo mejor es
decirles frases como: “En este momento te estás comportando mal”, así no los
etiquetas pero les haces ver que su conducta no es la adecuada.
•No llores: Es común que, sobre todo a los niños, se les diga desde pequeños
“los hombres no lloran”, sin embargo los especialistas afirman que este no
es un buen recurso. Lo único que se logra es que los niños entiendan que
llorar está mal o que las emociones son algo vergonzoso que debe esconderse
y a la larga esto puede traer problemas de emociones reprimidas que hacen
más mal que bien. Lo mejor es usar frases como: “Sé que estás triste porque.
.
•Te voy a acusar con tu papá: Esta frase también parece ser una de las
favoritas de las mamás porque les permite desentenderse del problema, pero
tiene varias desventajas: disminuye la autoridad de la propia madre que
delega la responsabilidad en el papá, otorga un rol negativo al pobre padre
que ni la debe ni la teme y los hijos acaban por sentir miedo del momento en
que el progenitor llegue a casa. Además, es probable que cuando lo haga, ya
se te haya olvidado la razón del conflicto o decidas dejarla pasar.
•Déja de molestar: Si cada vez que tu hijo quiere tener un acercamiento
contigo oye como respuesta esa frase, lo más seguro es que se forme en él la
idea de que nunca tienes tiempo para él y que no vale la pena acercase ya
que siempre lo haces a un lado. Lo mejor es explicarle que en ese momento
estás ocupado/a pero que más adelante le dedicarás un rato a jugar con él.
Establecer reglas y horarios para pasar dedicarles tiempo de calidad a los
niños es una excelente idea.
•Aprende de tu hermano/a: Las comparaciones en el hogar son cosa de todos
días. Lo peor es que parece que los padres no nos damos cuenta de cuánto
puede llegar a afectar la comparación, ¡como si hubiéramos olvidado cuando
nos pasaba a nosotros! Los niños pueden llegar a molestarse demasiado al
escuchar esa frase. Lo mejor es aceptar que cada niño es diferente y se
desarrolla a su propio ritmo. Debes darle la oportunidad de ser auténtico y
diferente. No tiene que ser la copia de sus hermanos, ni aún del mejor
portado o el más estudioso.
•Puedes hacerlo mejor: Aunque parece ser una manera de infundirles ánimo
para hacer las cosas mejor, puede resultar contraproducente y hacerles
sentir que por más que hagan su mejor esfuerzo nunca hacen las cosas bien y
que son buenos para nada. Si sientes que tu hijo no está haciendo las cosas
de la mejor manera, recuerda que tú estás ahí para enseñarle cómo, pero
siempre de buen modo. No los hagas sentir como que nunca hacen las cosas
bien porque se pueden quedar con esa idea y mermar la confianza en ellos
mismos.
•Si no te portas bien te voy a...: Las amenazas que no se cumples tienen un
efecto negativo en los niños. No debes decirles que tomarás cierta medida si
no estás dispuesto a cumplirla. En lugar de amenazar, sobre todo a los más
pequeños que tienden a repetir las travesuras independientemente del castigo
que les des, es mejor alejarlos de la situación y llamar su atención hacia
otra actividad.
•Apúrate: Esta es una buena manera de transmitir el estrés de tu vida a tus
hijos. Si todo el tiempo les estás gritando porque ya se hizo tarde, al
final ellos terminarán sintiéndose tan o más presionados que tú. Trata de
mantener la calma, levántense más temprano y midan el tiempo que necesitan
para la preparación diaria antes de salir de casa. Preparar algunas cosas la
noche anterior para tenerlas listas en la mañana puede ser una buena opción.
•Sólo me das disgustos: Con esta frase los niños sentirán que son una carga
o estorbo para los padres y más que darles felicidad les dan molestias. Es
una manera de decirles que no los quieres y se sentirán profundamente
tristes y llenos de un sentimiento de rechazo y desamor. Trata de
explicarles mejor que no se está comportando de la manera adecuada y que eso
te está molestado. Recuerda, la observación va sobre su comportamiento, no
sobre él niño mismo.
¡Bien hecho! Un elogio siempre es bueno, pensarás. Sí y no. Es bueno en el
momento y el contexto adecuado. Decirlo en situaciones ambiguas no sirve de
mucho, y repetirlo por cualquier cosa (como cuando se toma la leche o hace
un dibujo) pierde su significado. Por eso es mejor elogiar los logros que
requieren un esfuerzo real y hazlo sobre el comportamiento en lugar de al
niño: “Estuviste tan quieto con tu rompecabezas mientras terminaba este
trabajo, tal como te lo pedí”.