From: Jorge Coello
raizluz@netlife.ec
UNA VOZ EN EL SILENCIO
Os preguntaréis por qué permanezco en silencio.
Bien,
os diré que vuestras voces impiden que seáis capaces de escuchar por un segundo
lo que unos a otros queréis transmitiros.
No
podéis dejar un solo instante de vacío entre una palabra y otra. Balbuceáis
como pretenciosos estudiantes queriendo imponer con voces acaloradas vuestras
ideas. Gritáis porque sois incapaces de convencer. Algunos, incluso estalláis
con ira hacia vuestros contertulios. Pretendéis tener la razón, pues vuestra
posición es la más privilegiada ya que miráis al otro por encima del hombro.
¿Dónde se encuentra vuestra cordura?
¿Os seguís preguntando por qué permanezco en silencio?
Espero
que os quedéis sin fuerzas; que vuestras gargantas estén rotas; que vuestra
mente ya no os proporcione ni una sola idea más. Pero aun así seguís inmersos
en una discusión sin fin…
Unos
lleváis un título bajo el brazo otorgado por una prestigiosa universidad, otros
lleváis impresas a fuego las palabras que vuestros ancestros os inculcaron,
algunos más usáis la razón de la fuerza, pero todos sois incapaces de aquietar
vuestro ego. Os puede, os puede el ego porque estáis programados para ganar; la
derrota no está en vuestras opciones, y sin embargo, es la que os llevará al
mayor descubrimiento que seáis capaces de sentir, experimentar, vivir.
La
derrota os convierte en seres humanos, deja vacías vuestras alforjas y os
permite caminar ligeros; digo más: os permite emprender el primer vuelo de
vuestra alma consciente. Podréis contemplar desde cierta altura la mezquindad a
la que habíais llegado, consecuencia de vuestra ceguera, vuestra soberbia, y
encontrar la salida.
¿Queréis
seguir teniendo razón? ¡Adelante! Seguid inmersos en un mar de argumentos.
Buscad reglas que os permitan legitimar por encima de otros vuestra posición.
Embaucad a cuantos queráis, seguro que os mostraréis sonrientes, lanzando al
viento cuantas palabras quieran escuchar y que vuestros corazones se han negado
a adivinar.
¿Os seguís preguntando por qué permanezco en silencio?
Porque
espero pacientemente vuestro silencio. Quiero escuchar el latido de vuestros
corazones como tambores que abandonaron toda posibilidad de ser banda sonora de
una muy antigua guerra.
Quiero
escucharlos al unísono. Algunos ya mostráis una melodía agradable. Una melodía
que se expande en la noche y que, como un susurro, penetra en todos y cada uno
de vuestros corazones, esperando que la luz acaricie vuestros párpados
señalando que ha llegado el alba. No es mañana, es ahora. ¡Ahora!
¿Todavía os preguntáis por qué permanezco en silencio?
Porque
tú aún no has llegado al fondo de ti mismo. Sigues dando vueltas como una
noria, evitándote, huyendo. Mas, vayas donde vayas contigo vas.
¡Ah!
¿Eres incapaz de perdonarte, de perdonar a otros? Hacerlo no te convierte en un
ser débil, manipulable. Al contrario… ¡es lo que te convierte en Humano! Y, por
fin, libre.
¿No sabes hacia dónde dirigir tus pasos? ¿No confías en nadie?
Cree
en ti, es todo cuanto necesitas. No eres un proyecto, eres una realidad que
toma forma, plena consciencia que sabe, porque siente en su pecho el calor del
Sol que sólo desea expandirse, compartir... amar. Ser, sin artificios, dogmas,
barreras, limitaciones...
Recuerda,
puedes volar. Es un salto al vacío que es plenitud. Un vuelo al espacio
infinito.
El
abandono del temor que da lugar al gozo y al amor. No estás aquí por
casualidad, lo decidiste tú. No es la más alta cumbre lo que has de alcanzar,
sino la mano que tiendes en tu caminar. Estás aquí para recordar quién eres.
Atrás
quedaron los momentos tristes, la incertidumbre, el dolor. Sonríe, sonríe, no
dejes de sonreír.
Olvidé
presentarme. ¿Quién soy?... Nadie.
Por
ello permanezco en silencio. ¿Cuánto tiempo? Depende de ti.
From: MANUEL LOPEZ
reinaobrerazangano@gmail.com
LA FELICIDAD
SE SIEMBRA
Los tiempos que vienen son cruciales para
toda la
Humanidad. Tendremos que decidir si somos para servir al
prójimo o para servirnos de él. Si estamos para enriquecer a la naturaleza o
para terminar de arruinarla. Si vivimos para servir a la verdad o al interés.
Estos serán los años más movidos, los más veloces de todos los tiempos. Tantos
y tan radicales se sucederán los cambios que no serán fáciles de asimilar, para
quienes no conozcan el propósito final del Tiempo. Cambios tan acelerados y de
tal magnitud que no habrá forma humana de frenarlos.
Será éste el tiempo de mayor reto para la
mente, que verá caer los cimientos de su seguridad, sin poderlo remediar.
Grandes turbulencias del clima y fenómenos naturales irán en aumento y ello
provocará los mayores cambios de valor en la conciencia política, social,
económica y religiosa de la
Humanidad.
En los tiempos que vienen, los políticos
y los gobernantes conocerán sus horas más bajas, en beneficio de la verdad y la
justicia que recibirán la mayor atención. La Verdad tendrá que ser discernida entre muchos
disfraces y la Justicia
se verá juzgada a sí misma. Ella también sufrirá una catarsis para separarse de
sus impurezas. Se alumbrará un nuevo concepto de justicia. Basado más en la
intención de corregir que de castigar. Una justicia más cercana al Amor que a
la venganza. Para ello, también se alumbrará un nuevo concepto de educación,
basado más en el cultivo de las virtudes y capacidades propias, que no en el
estudio y la imitación de las ajenas.
Los desastres provocados por la
naturaleza unirán muchas voluntades separadas. La naturaleza actuará como
catalizador de tensiones. Por todo el mundo correrán clamores de Verdad y de
Justicia. Todos los intocables serán tocados y ante todos deberán explicarse.
La tensión, entre los defensores de los
viejos conceptos y los nuevos, se hará tan grande que romperán sus puntos de
unión. Pero no habrá enfrentamiento donde haya educación. El viejo sueño de
Justicia para todos verá su despertar en la Justicia somos todos. Las Leyes escritas se verán
abolidas por la Ley
que no puede escribirse y todos reconocerán la Ley Única que rige el Universo.
Los tiempos que vienen serán para la Humanidad en lo social,
tiempos de pruebas y dificultades que marcarán las diferencias entre los que
dan con interés y los que dan sin interés. Por todo el mundo, correrán clamores
de Solidaridad.
El sueño del avance tecnológico, dejando
esquilmada la naturaleza y abandonados a los más necesitados, acabará por
desvanecerse a lo largo de estos años. La conciencia actual, egocéntrica,
individual, se irá expandiendo para dar lugar a una conciencia más global,
capaz de percibir a cada ser humano como parte fundamental del universo y a la Humanidad como parte de
un todo, una sola unidad. Partes diferentes de un mismo órgano, órganos de un
mismo cuerpo. Un cuerpo en pos de la Perfección, con la Fuerza que da el Amor, el
Poder que da el Saber, y la felicidad que da la libertad de ser cada uno, como
cada uno es.
Se acabará por fin el paro, porque nadie
quiere estar parado cuando de los demás se recibe respeto y ayuda para realizar
sus propios sueños. Los tiempos que vienen serán para la Humanidad en lo
económico una continuación de lo anterior, hacia la ruina. De modo que entre
los que entregan su dinero a la especulación habrá cada vez más víctimas. Los
centros de poder económico mundial seguirán unificándose para sobrevivir a su
propia competencia, hasta quedar uno solo, que se derrumbará sobre sí mismo,
por su propio peso. El valor del dinero, fluctuará en subidas y caídas hasta
que ya no pueda levantarse más, de puro agotamiento. Le fallará su interesado
corazón.
Puesto que la seguridad se paga con
dinero, la pérdida del valor del dinero (por la escasez creciente de alimentos
y materias primas, causada por la furia de los elementos y la mala
planificación de los gobiernos) pondrá en jaque a la seguridad. La seguridad
irá sucumbiendo, dejando en paz a la libertad, tanto tiempo esclavizada.
La nueva conciencia social, enmarcará de
nuevo los viejos valores: vivir en el campo, la comunión con la naturaleza,
abandono del materialismo por la búsqueda de la perfección, la alimentación
natural, la armonía interior, el bien común, el cultivo responsable de la
tierra, la unidad familiar, el Amor como la única fuerza legítima, la Sabiduría como el único
poder legítimo y la libertad de ser uno mismo como principio inviolable.
El concepto de trabajo se revolucionará.
No se medirá por la entrega de energía y tiempo a una empresa o a un gobierno,
sino por nuestro propio crecimiento, nuestra entrega a la unidad, que es la Humanidad. Para
ello será necesario ser uno mismo y dar cada día un paso en pos de la propia
perfección. La distancia entre los más ricos y los más pobres, alcanzará en
este tiempo su punto máximo y se romperá en mil pedazos, pero los pedazos
volverán a unirse y esta vez no se formarán otra línea, otro frente de
competición por el poder y el placer; con el más rico en un extremo y el más
pobre en el extremo opuesto. Los pedazos se unirán en círculo, de modo que el más
rico llevará de la mano al más pobre, el más sabio al más inocente y el más
fuerte al más débil.
El comercio acabará, porque no hay sitio
para él, donde reina la Verdad,
con abundancia de Respeto, Amor, Saber y Libertad.
Los tiempos que vienen serán los de mayor
impacto para la conciencia religiosa de la Humanidad. Para
sorpresa de muchos será la ciencia quien encuentre las pruebas físicas de la
realidad de Dios y de su Amor. El conocimiento del propósito universal y de lo
que hay más allá de nuestro Universo abrirá la puerta de una nueva dimensión en
la conciencia humana. Estos descubrimientos provocarán una gran revolución
religiosa, la mayor de todas. El culto al cuerpo, el dinero y el poder se verá
transmutado en el culto al alma, su luz y su color. Las voces que anuncian la
inminencia del final de los finales se multiplicarán por todo el mundo como
orquestadas por una mano invisible.
Se anunciará a bombo y platillo la
proximidad del Apocalipsis, la separación del trigo y la cizaña, la
resurrección de los muertos, el Juicio Final y la venida de Jesucristo
glorificado, esperando ser salvados en el cielo. Otros anunciarán el final de
los tiempos, el contacto con Humanidades de otros Universos, el caos, la
salvación en platillos volantes, el regreso con grandes regalos a la Tierra purificada. Como es
lógico, unos y otros se verán tildados de locos visionarios, alucinados por el
efecto del tercer milenio o pobres inocentes llenos de falsas esperanzas, pero
al fin el Tiempo probará que todos tenían parte de razón.
En estos tiempos que vienen, el
Discernimiento se hará cada día más necesario. En realidad, toda esta urgencia
religiosa que se manifiesta en la práctica de los nuevos rituales, que alimenta
los pregoneros de la nueva era, haciendo su negocio, responde a una verdad que
no aciertan a expresar, la intuición de un cambio muy grande.
La verdad es que la conciencia humana ya
está preparada para un nuevo salto en su desarrollo, un nuevo despertar que
permitirá al ser humano corriente trascender la muerte y ver cara a cara a sus
propios dioses. Como un feto antes de nacer podría preguntarse: ¿Tendré padre?
¿Tendré madre? o ¿seré hijo de esta oscuridad que me rodea?, así se pregunta la Humanidad si hay Dios o
somos hijos del azar. Porque no sabe lo que hay más allá de nuestro Universo.
Si la evolución en la conciencia humana,
social y política depende en gran medida de nosotros y del ejercicio que
hagamos de nuestro libre discernimiento, el cambio en la conciencia religiosa
no será producto de nuestro esfuerzo, sino más bien otra herencia, después de
haber disfrutado la primera, que es la vida al nacer a esta tercera dimensión.
Lo que va a suceder, es simple de entender para quien sabe que el universo se
está expandiendo en todas direcciones, está creciendo, como una obra en
construcción a gran velocidad, una obra que ha de alcanzar su total desarrollo,
su perfección final.
Según va creciendo el Universo, va
ocupando más espacio para sí mismo y al unísono, toda su energía, que es la
materia de todos los cuerpos que contiene, está acelerando su movimiento, su
vibración hasta un punto crítico. El punto crítico se alcanza cuando el
Universo ha completado su desarrollo y la energía vibrante que es la materia
que contiene, alcanza la vibración propia de la Luz. Entonces, la
materia, por sí misma, tiene Luz. El Ser Humano se verá transfigurado y todo
aparecerá como nuevo ante sus ojos. Llegados a este punto, como se produce el
milagro de nuestro nacimiento a esta tercera dimensión, nacerá nuestro Universo
a la cuarta dimensión y la conciencia humana despertará a esta nueva realidad
de luz que es eterna. De modo que es de vital importancia que la Humanidad se prepare, en
los tiempos que vienen, para este acontecimiento colosal: El nacimiento del
universo y la Humanidad
a la cuarta dimensión.
P.D.: La Humanidad está viviendo
sus años más cruciales, su tiempo de maduración ya está cumplido, y sin embargo
se resiste a entregarse, como cualquier fruta madura. El libre albedrío puede
retrasar los sucesos del Tiempo, pero no puede cambiarlos ni un ápice.
El fin de los tiempos se sucederá como
está detallado en “el libro con mayúsculas”. Pero hay que entender que la
última palabra no la tiene el autor del Libro sino Dios PADRE. Sólo ÉL conoce
el día y la hora. Sólo ÉL puede despertarnos.
Este país nuestro ha probado su
generosidad con la necesidad ajena y los tiempos que vienen serán generosos con
él. Las fuerzas de la naturaleza no son ciegas, ninguna nación se verá libre de
su azote, pero ésta será como un Santuario que prestará su refugio. En todo el
mundo las zonas que más se prestan a servir a la necesidad ajena como si fuera
propia, serán las más resguardas y las más advertidas.
La felicidad se cosecha como el trigo. Es
de locos esperarlo sin haberlo sembrado. La felicidad se siembra haciendo
felices a los seres que nos rodean. Feliz año.