«Por que el alma tiene también, como la carne, una familia a la que amar y a la que regresar». (Sin'il de Merok)
Sin'il sería uno de aquellos seres conocidos como Walk-In, es decir, seres que no están en el cuerpo humano que ocupan ahora desde su nacimiento, sino que llegó a él más tarde.
Me hablaba de recuerdos de otros mundos que conservaba desde su niñez, particularmente del Planeta Merok, en la Constelación de Lira. Éste planeta es mencionado por el Contactado Alex Collier, pero mi amigo era capaz de describirlo en detalle, tanto en su apariencia desde el Espacio, como los paisajes interiores. Lo mismo con las criaturas que habitaban estos mundos, especialmente los Felinoides ó Felinos Inteligentes.
Muchas veces le pedí explicaciones en detalle sobre la apariencia de estos mundos y seres. Lamentablemente, no sé dónde quedó esta información. Un día le pedí una entrevista formal, que iríamos haciendo por partes a través del correo, y él aceptó emocionado.
La entrevista fue desarrollándose de modo lento, pues yo le enviaba alguna pregunta, y él tardaba mucho en responderme, tanto porque tenía cosas que hacer y esperar a desocuparse, como porque era muy perfeccionista, y temía no responderme del modo más apropiado. Aunque sus respuestas me parecían excelentes y muy bien escritas, siempre me estaba preguntando si me parecía bien, y en un par de ocasiones, me pidió que le permita reescribir su respuesta, por mucho que la original me hubiera parecido impecable.
Me dijo que estaba tratando de escribir la Historia Cósmica de sus recuerdos en alguna especie de libro, y a veces, en las respuestas a mis preguntas, intercalaba pasajes de lo que estaba escribiendo.
Lamentablemente, me dijo que en cierto momento, tendría que desaparecer de Internet. De pronto, un día cumplió su palabra abruptamente, dejando la entrevista a medias. Aunque hacía poco se había hecho una cuenta de Facebook, de pronto la eliminó, y no contestó las siguientes preguntas que envié a su correo.
Dejé pasar unas semanas y meses, a ver si reaparecía, y luego, metido en otras cosas, hasta se me olvidó que tenía guardado este principio de entrevista. Ahora la publico aquí, mientras espero una posible reaparición de mi amigo Sin'il para continuar con esta entrevista.
¿Cuándo naciste y en qué momento dices que recuerdas haber llegado a este mundo?
Antes de expresar este momento tan especial de mi existencia te aclararé una cosa: no somos el mismo individuo como cuerpo que como alma, es decir, tu, como carne, tienes un nombre y una familia carnal o ilusoria, pero es tu alma la verdadera identidad de tu ser y la que única que existe por la eternidad y vida tras vida. Así se me entenderá cuando escriba estas palabras:
El cuerpo donde habito se llama, en la Tierra, Adrián Hidalgo Moraza, nació en el año 1987 en la capital de Sevilla. Mas yo, como alma, no llevo en la Tierra 24 años.
«Oscuridad, profunda e inexistente, fue aclarándose dejando ver el salón de un hogar; todo se percibía en tonalidades naranjas. Mi alma flotaba, estacionada en el aire y llevada sólo por la voluntad o la intención. Me sentí sostenido por unas manos cuando sentí ser algo más que un espectro, fue un tránsito disimulado, habité una cría de pájaro llevada en las manos de un varón, y llevado a través del salón del hogar a un pasillo, sólo la intención dirigía el camino. Fui pasado por una puerta a la salita del hogar. Allí se detuvo en el medio, parecía flotar como si la gravedad no existiese; una mujer vi, sentada en un sofá y sosteniendo a un niño recién nacido en sus brazos; este niño causó un sentimiento profundo en mi alma. Se produjo un suave tambaleo y me sentí caer de las manos que me sostenían, la oscuridad volvió a hallarse.De esos cinco años atrás sólo pude conocer las experiencias que quedaron grabadas en el cuerpo, más yo nunca las viví. Es así que mi alma llegó a este mundo y encarnó en un niño de cinco años, siendo 19 años los que llevo en la Tierra, desde 1992.
«No pasó mucho tiempo, la oscuridad nuevamente se aclaró dejando ver un jardín, una acera y una casa; las tonalidades naranjas desaparecieron y todo se percibía en sus colores originales, algo borroso y con una luz especial. Mi alma se sensibilizó y sintió el saber y la identificación con un tiempo pasado, con este instinto en mi ser, la intención me dirigió a la cancela del hogar y pasé por el amplio zajuán, un niño vi, de pie a la entrada de la casa. El mismo sentimiento embargó mi alma y comprendí como sería toda la vida de aquel niño, en ese momento acepté esa vida para poder habitar su cuerpo y la intención me llevó a el. Una ligera sensación de mareo sentí, la percepción borrosa se aclaró y escuché estas palabras de una mujer: "mira mamá, ya tiene cinco años"».
Esa intuición del pasado que mi instinto percibió, fui, poco a poco, recordándola a medida que mi alma y mi cuerpo estaban preparados para asimilar esa información y tomar conciencia de la misma; al momento de entrar en el individuo que ahora escribe estas palabras, como un fogonazo acontecido de la fricción de la entrada etérea al cuerpo, a la mente afloraron visiones de ese pasado que se desvanecieron en poco tiempo:
«tras oír las palabras de la mujer afloraron a la mente del niño una visión y unos recuerdos enigmáticos para el: "vio vegetación, árboles y matorrales, y una figura híbrida en medio de aquella vegetación". Un sentimiento profundo surgió del interior del alma y el corazón respondió, un sentimiento insondable hacia aquella figura. La imagen desapareció y los recuerdos durmieron por un tiempo».Explicaré algunos aspectos de mi experiencia, según como lo he sentido:
¿Qué ocurre cuando el alma está frente a su individuo? Antes de habitar el cuerpo, el alma comprende como será la vida de la persona a través de su instinto. Una vez conocida esta vida y sus consecuencias, el alma debe de aceptarla y asimilarla para poder encarnar; de lo contrario, no podrá hacerlo y deberá buscar a otro individuo al que pueda aceptar. La oscuridad que surgió tras la sensación de caída supuso una corta espera, esto es debido a que el alma está fuera de la realidad del tiempo y no lo padece. Sea cual sea el tiempo que pase, cuán largo pueda ser, para el alma siempre transcurrirá un lapsus espontáneo.
¿Has ido recordando cosas en orden, o ya viniste con todos los recuerdos?
Xentor, en todas las almas del universo se halla toda la información de la experiencia que han tenido vida tras vida, por lo cuál, esta información o memorias permanecen en cada esencia como parte de sí mismas. Así es que todos los recuerdos del alma siempre han estado hay y vine con ellos, pero ha sido el descubrirlos un camino lento y periódico, por lo cual, poco a poco, como dije antes, a medida que mi cuerpo y mi alma han estado preparados, he ido recordando estas memorias con el tiempo.
Y no, no ha sido en orden, yo no soy dueño, ni nadie lo es, de decidir que información será la siguiente que se descubrirá. Según el momento en que se halla vivido un evento, o lo complicado que resulte entender un hecho o el nivel de conciencia que se necesite para entenderlo, así estas memorias irán aflorando en nuestra vida, de diferentes tiempos y lugares, siempre adaptados a cuanto seamos capaces de percibir en ese momento. Por ello, no existe el orden.
Hay personas que pueden tener acceso a los Registros Akáshicos, las memorias de toda la existencia de cada alma individual. Este acceso puede conseguirse mediante una preparación previa, calmando el espíritu y disipando la energía negativa que nos pueda rodear. El tiempo en que se accede a estos recuerdos sería en una parte controlado, pero aún así resulta muy difícil decidir a qué información de estos registros se accederá. Nuevamente, el propio instinto de nuestra alma nos señalará qué evento o tiempo pasado deseamos revelar sobre nosotros mismos, sin poder decidir qué espacio-temporal en concreto queremos conocer.
¿Cuál es tu primer recuerdo?
Es una pregunta complicada, implica unos sentimientos muy profundos y a dos seres amados de mi alma. Tras mi llegada a la Tierra y encarnar en aquel niño de cinco años que hoy escribe estas palabras, como la fricción acontecida en el momento del tránsito y cuya chispa pronto se apaga: «vi una vegetación y a un ser híbrido dentro de ella, una figura humana-felina contemplé en aquel primer minuto de mi estancia terrenal». Un gran sentimiento albergaba mi ser por aquella alma y, oculto en lo más hondo de mi corazón, sabía quien era pero no pude entenderlo; antes de disiparse esta visión intuí diversos hechos y lugares, y unos nombres resonaron en mi interior, algo así como Sin'il y Lira.
Con el transcurso de los años, estas visiones fueron creciendo y yo creía que mi imaginación era la causa de ver todas aquellas cosas. Fue a mi edad de 18 años cuando mi conciencia sufrió una dilatación y se me abrieron nuevas puertas hacia el subconsciente y al universo, los sentimientos y las sensaciones de un tiempo pasado afloraron de mi alma con un realismo inusitado y percibí las mismas emociones que había sentido antaño, fue un choque muy fuerte con una realidad hasta entonces desconocida, como si un viaje a otra dimensión hubiese sufrido. Fue en el año 2005 cuando un déjà vu reveló un nuevo evento de mi pasado:
«Una pared de piedra, muy alta, se elevaba desde el suelo de un extenso terreno árido, cubierto de densa arena y piedras esparcidas. En la cima de esta pared natural, la cual se hundía en su centro haciéndose cada vez más estrecho, dibujando la forma de una ola rompiendo cortada en vertical; en su cima crecían grandes árboles, un amplio bosque natural y virgen, que cubría el suelo hasta el borde de la pared rocosa. Matorrales y plantas se esparcían entre los troncos, sobre una hierba verde parecida al césped. Allí estaba yo, Sin'il, recostado sobre el tronco de un árbol, un poco retirado de la pendiente, acompañado de una híbrida-felina los cuáles yacíamos en mutuo reposo y, ella sobre mi, abrazados».Nuevamente mi instinto supo quien era pero no comprendí el significado de la visión, un nuevo sentimiento de profundo afecto albergó mis sentidos:
«el sonido magnético de un objeto percibimos, y vimos una nave rojiza estabilizarse junto a la pendiente. Perdimos la calma, seres reptiles, de apariencia de lagartos, bajaron de la nave y nos apresaron, fuimos separados con fuerzas mayores que las nuestras a pesar de nuestra resistencia. Fui apresado y escuché lamentos de ella para el pesar de mi alma».Fue la útima vez que la vi, y una semilla de amor quedó plantada en mi alma hasta el día de hoy.
No sé qué ocurrió inmediatamente después, porque el destino no me ha concedido la oportunidad aún de descubrirlo.
Estos simples déjà vu que tanto me han atormentado no han sido por sí solos la causa por la cuál he tomado conciencia de la realidad de mi existencia y de mi verdadero origen, hay más factores... etc...