Dos hombres considerados sabios conversaban un día y uno de
ellos hacia una reflexión sobre el porqué de que el resto de los hombres los
consideraran así.
Puede que nuestros razonamientos no sean correctos ni
nuestra sabiduría tan acertada, pues todo depende de quién razone las
circunstancias y de las suyas propias, entonces, como se que no estoy equivocado?
El otro respondió, yo se que la verdad está en mi, puesto que
todo cuanto sé viene del lugar más puro, del interior, del sentir de mi
corazón, ese lugar del cual emanan todos los conocimientos; la fuente de toda
sabiduría.
Todo cuanto viene de dentro es sabiduría en estado puro
amigo mío, y lo que viene de fuera ha de ser sometido a ese filtro amoroso para
que solo quede de ello la parte más pura y luminosa….