Cada impulso del ser humano es una acción que puede ser llevada a cabo con automatismo con respecto a lo que le rodea , o consciente y amorosamente filtrada a través de ese gran pozo de sanación y humildad que es el sentir, de nosotros depende dejar a un lado ese sentir y continuar ciegos y sordos o ahondar en ese pozo de sabiduría que somos y comenzar a actuar conforme al sentir.