Salir hacia dentro....

Salir hacia adentro.

¿Te has puesto a pensar porqué este mundo está tan loco? Pienso que nos hemos enfocado tanto en querer algo, que muy pocas veces estamos contentos. Pasamos una enorme cantidad de tiempo tratando de encontrar satisfacción y felicidad en donde no se encuentra, al menos de manera significativa, que normalmente terminamos decepcionados. Es por eso que todas las filosofías del mundo apuntan a mirar hacia tu interior, algo de lo que hemos hablado mucho, pero que debemos de seguir reflexionando hasta que nos quede claro. La felicidad no está fuera, está adentro, así que la salida hacia la felicidad y dicha total, es hacia dentro, ¿loco, no? Salir hacia adentro.

Una forma de lograr esto es a través de la meditación, o de simplemente enfocarnos en lo que está sucediendo en el momento presente, de ponernos atención, de realmente conectar con nosotros mismos, con lo que verdaderamente somos.

Practicar meditación es un hermoso regalo, pero se mal entiende con facilidad. Pues así como existen “N” opciones ha elegir sobre cómo vestimos, en qué trabajamos, lo que hacemos, etc., también hay muchas opciones en lo que a técnicas de meditación y/o formas de interiorizar se refiere.

La meditación no es una técnica, ni método, es más bien una experiencia que surge de forma natural cuando dejamos ir lo preconcebido y ponemos atención a lo que es. Por eso siempre digo que la meditación no es algo que se hace, la meditación es SER.

Siempre que tengamos la intención de estar presente y compasivo, nuestra experiencia de la meditación o interiorización, se desarrollará como es natural, sin importar la técnica que practiquemos.

Si nos centramos en una sola sensación, como la respiración o el darse cuenta de todo lo que surge y desaparece en nuestro amplio campo de consciencia, estaremos volviendo a conectar con nuestra capacidad natural de estar presente y sentir nuestra conexión con todos los seres. Ese es el camino de la interiorización, la salida hacia adentro, pues como ves no meditas o interiorizas para aprender sobre ti o tu espíritu, meditas para experimentar sobre eso, pues eso es lo que hay dentro de ti, consciencia pura, y hoy más que nunca tiene que ser aceptado.

En otras palabras, la meditación no se trata de alcanzar estados superiores de consciencia, o tener visiones, claro que es genial cuando eso sucede, y sucede no lo dudes. Interiorizar se trata de experimentar, vivenciar, comprobar, la libertad en este mismo momento unido al todo.

Un monje que meditaba desde hace muchos años, anhelaba una señal de que estaba avanzando, de que la meditación valía la pena. Un buen día tuvo la visión de un hermoso Buda de oro que llenó su mente. Estaba tan feliz que corrió hacia su maestro para compartir con él.

El maestro obviamente muy contento, elogió al joven monje y le dijo: “Esto es muy bueno, muy bueno” y añadió: “Pero si sigues meditando, pronto desparecerá”.

Hacia fuera todo es ilusión, simple percepción. Hacia dentro, todo es potencial puro. ¿Y tú, hacia dónde quieres salir?

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