En qué consiste
Los Cuidados Esenios son un acercamiento a la terapia que utiliza
el poder curador de la luz y del sonido así como el masaje de puntos
energéticos con la finalidad de mantener o restablecer un equilibrio
armonioso entre el cuerpo, el alma y el espíritu. Los Cuidados actúan
restableciendo la circulación de la energía que ha sido perturbada por
el estrés, la enfermedad, las formas-pensamiento negativas y las
dificultades de la vida cotidiana.
Estos Cuidados son una forma muy antigua de curación, utilizada hace
milenios en Egipto y después por los Esenios que fueron los herederos.
Jesús, gran sanador, era un miembro de la comunidad esenia. Estos
Cuidados están disponibles de nuevo gracias a Anne Givaudan que ha
vuelto a encontrar la memoria a través de los anales Akasicos. Los
anales Akasicos son las memorias de la naturaleza. Imaginemonos un
enorme ordenador, que almacenara el pasado del planeta y de cada uno de
sus habitantes.
Anne Givaudan es autora y co-autora de mas de 19 obras traducidas a
varios idiomas. Sus libros son enseñanzas acerca de los mundos después
de la vida, pero también tratan cuestiones claves de nuestra vida de
ahora.
Desea que sus descubrimientos y contactos contribuyan a que cada uno
vuelva a encontrar su verdadera naturaleza: pluridimensional y sin
límites.
A través de sus talleres, se esmera en hacer descubrir los Cuidados
Esenios, aproximándonos a esta terapia a la vez milenaria y muy actual, a
fin de que cada uno sea capaz de reconstruir su íntegro y verdadero
ser. Para un mayor conocimiento recomendamos la lectura de los
siguientes libros: “Memorias de esenios”, escrito por Anne Givaudan y
Daniel Meurois, así como “Lectura de aura y cuidados esenios”, de Anne
Givaudan “Formas Pensamiento” en colaboración con el Dr. Antoine Achram.
¿Por qué?
La enfermedad puede tener su origen en la infancia, en el momento
presente o en otra vida. También puede haber sido generada por una forma
errónea de comprender un acontecimiento, por un sentimiento devastador,
por una vieja culpabilidad, poco importa, no se equivoca jamás de
camino e irá derecha al órgano o el lugar que le corresponde.
Simplemente tomará algunos segundos para actuar en el caso de un
accidente, algunos días si se trata de un constipado o algunos años para
un cáncer. La entidad- enfermedad no contabiliza su tiempo, esta noción
le es extraña pues se nutre permanentemente de los pensamientos no
expresados que emitimos a diario. Las formas-pensamiento que emitimos
están todas en el origen de nuestros males actuales.
¿Para quién?
Para toda persona deseosa de tomar a su cargo, tanto la salud de su
alma, como la de su cuerpo físico abriéndose al proceso de curación
generado por los Cuidados. No hay edad para recibir una sanación,
jóvenes y menos jóvenes, tanto enfermos como los que no lo están, pueden
beneficiarse.
Un ser que sufre no sufre por azar.
Aprende a través de la prueba que atraviesa y crece. Muy a menudo,
las pruebas son regalos que nos hacemos a nosotros mismos, para ir más
lejos en nosotros y más allá de nosotros. El sufrimiento no es una
fatalidad y ciertos mundos no la conocen. Un accidente o una enfermedad
son señales para hacernos entender que una parte de nosotros no está de
acuerdo con otra. Son citas impuestas por nuestra vida supra-consciente
que se convertirán en trampolines, cuando las hayamos comprendido y
resuelto. Por supuesto ocurre que un sufrimiento demasiado grande nos
hace encogernos sobre nosotros mismos y ralentiza nuestra marcha.
Nuestra curación nos pertenece.
El terapeuta no es más que un útil por el que la energía pasa.
Permite tomar altitud en relación al nudo del problema. Igualmente
aporta los ladrillos así como el cemento que van a permitirnos
reconstruirnos, pero jamás podrá construir en nuestro lugar, recorrer
nuestro camino, pues eso, somos los únicos que podemos hacerlo.
(Extracto del libro Lectura de auras y cuidados esenios. Ediciones Obelisco)
Origen de la Terapia Esenia
Hace 2.000 años eran muy conocidos en su entorno por atender
problemas de salud graves. Eran los “Terapeutas Esenios”. La formación
podía durar 10-12 años, eran estudios muy avanzados para la época, al
conocer el cuerpo físico, sutil-energético, así como lo que hoy
llamaríamos psicología o conocimiento de la mente y también a nivel de
sufrimiento profundo o lo que se podría llamar ahora la “medicina del
alma”.La titulación podría equivaler a lo que hoy sería la formación de
“medicina china” o “ayurvédica”, con la diferencia de que se transmitía
esencialmente de forma oral.
Probablemente Jesús en sus años desconocidos (12-33) recibió estas
enseñanzas, que empleó y complementó a muchos niveles y gracias al Él
podemos hoy hablar de Terapias Esenias. Pero si buscamos el origen común
de estas terapias, nos iríamos a la época de Egipto o más allá a la
Atlántida. Observando culturas distantes en el planeta como los indios
Hopi, los Mayas y aborígenes Australianos, se ve la práctica de algunas
técnicas similares.
Al escribir el libro : “ Memoria de Esenio”, Anne Givaudan nos cuenta
que al entrar en el astral y visitar, a través del tiempo, los “anales
akásicos” o “memoria de la naturaleza”, supo que ella fue terapeuta
esenia, al reconocer enseñanzas recibidas y gestos en las prácticas.
Estas terapias no requieren otra cosa que aquello que ocurre en
nosotros o a través de nosotros mismos: sonidos, luz, gestos precisos,
casi ”quirúrgicos“, en los planos sutiles. Técnicas antiguas con futuro,
por tener en cuenta el ser en su globalidad.
Antoine Achran, médico y terapeuta esenio, nos comenta que la
diferencia con la medicina alopática es enorme. Se coincide en la
intención de ayudar al paciente, en llegar a la curación, pero se
diferencia en que la medicina alopática se queda en lo físico, en el
análisis de síntomas y la enfermedad a través de añadir o frenar
procesos químicos.
La medicina energética, se ocupa de esa parte de la energía divina o
universal que es absorbida por nuestros cuerpos sutiles y que llega a
nuestros órganos a través de los centros energéticos, circuitos que
pueden estar bloqueados por pensamientos, creencias, o emociones. Otra
diferencia es que en la medicina alopática se le pide al médico que
suprima la enfermedad, aquí , en cambio, se aportan a la persona
herramientas que generan confianza, encargándose de ser conscientes de
su propia auto-curación real.
Dentro de las herramientas utilizadas, el sonido, nos recuerda a los
sonidos terapéuticos chinos, que son específicos para cada órgano, y que
es utilizado para devolverle la vibración original y armoniosa a la
zona afectada.
Es en este momento, cuando entra el terapeuta, que observando lo
específico no pierde de vista el conjunto a través de la lectura de
aura, viendo zonas más luminosas o menos, también colores más o menos
claros, … haciendo uso de una percepción sutil que es necesaria para
sensibilizar nuestros sentidos internos. Sin olvidar que todo origen de
enfermedad física arranca primero de los cuerpos sutiles.
También se empleará la luz y el color, los esenios consideraban la
enfermedad como ausencia de luz y de prana. La energía canalizada a
través de las manos, el agua o esencias florales, la meditación, el
perdón, los masajes.
En 40 días, en recuerdo a los que Jesús pasó en el desierto, se
culminará esta formación esenia, inicialmente sobre uno mismo en los
primeros seminarios, para luego pasar a aprender a ayudar a los demás.
El lema esenio es ayudar, enseñar y sanar.