Conversaciones con Isis
A finales del 2002, tuve una sucesión de conexiones con una
energía femenina del plano sutil. La llamé con el nombre de “Africana” debido a
su aspecto y su energía; pero más tarde me llevé una sorpresa, cuando me
explicó a quien representaba, pues me dijo que era una frecuencia de Mª
Magdalena, manifestada en forma indígena.
En una de sus conexiones, me invitó a un encuentro en un punto de la geografía
catalana. Me explicó, que representaba la conexión con la energía de la tierra
y que si yo la aceptaba, iría activando esa conexión en mí.
Acepté, y durante un tiempo, estuvo armonizándome y transmitiéndome
conocimiento, pero debido a la falta de madurez e incomprensión, dejé de
conectarme conscientemente, aunque ella siguió acompañándome en todo momento en
el plano sutil.
Pasaron los años y esa energía se volvió a manifestar y a recordarme su
“existencia”. En ese momento, también me hizo consciente de la coincidencia de
que estaba atendiendo a un montón de mujeres con problemas hormonales,
desarreglos menstruales, problemas uterinos, etc.
En ese punto en las terapias que venía realizando, entre otras energías, no
sólo asistía “Africana”, sino que además, empezó a aparecer la energía de la Madre Isis y entre las
dos, me estuvieron explicando muchas cosas, algunas de las cuales me gustaría
compartir.
Una de las preguntas que hacia años me rondaba por la cabeza, era donde iba a
parar la energía de todas las mujeres que hacían trabajos de conexión y
meditación con la luna, pues doy por hecho, que es de conocimiento común, que
la luna es un satélite artificial que estabiliza el campo magnético de nuestro sistema
solar y que a parte, es utilizado como una herramienta de control psíquico y
emocional, pues se sabe que rige todas las actividades del hombre, a través del
elemento del agua, el cual constituye
aproximadamente el 70% de nuestra composición química.
La Madre Isis me preguntó: ¿te has dado cuenta de lo que hay sobre mi cabeza?
Sí, le contesté. Una gran esfera, de color nacarada o maxim.
¿Y sabes lo que representa?
No, le contesté.
Querido hijo, esta esfera de luz, representa la consciencia de la Tierra. Subir la
energía de la Tierra
a la consciencia, anula el holograma de conexión con la luna y la manipulación
de todas las sacerdotisas; purificando y liberando, a través de la energía de
la tierra, la energía femenina.
Te habrás dado cuenta que en muchas ocasiones, aparecen en determinadas
energías y seres, una esfera de luz dorada alrededor o encima de sus cabezas.
Representa la conexión con el Padre-Madre, la Fuente, a través de la expansión de la
consciencia.
En muchas culturas, el
disco solar ha sido la representación del arquetipo de conexión con el Padre Cósmico.
En el caso de la luna, representa la manipulación, pues verdaderamente la Tierra es quien representa
el arquetipo de la Madre Cósmica
a través de la energía que irradia su consciencia.
Osiris representaría el arquetipo del Padre Cósmico, nuestro Alfa y Omega, el
sol central de Alcyone en Pléyades.
Isis, representaría nuestro arquetipo de la Madre Cósmica,
nuestro Alfa y Omega, el sol central del planeta Tierra.
Horus, representaría el hijo, nosotros. El Espíritu Santo. El puente arco iris.
La unión del cielo y la
Tierra. El maestro Jesús y la Maestra María Magdalena;
Excalibur y El Santo Grial.
El ojo de Horus de hecho, es la representación del Tálamo, la médula oblóngata,
el hipotálamo y el cuerpo calloso. Que es el emisor-receptor y modulador, de
las ondas psíquicas.
Cada vez que las mujeres hacen meditaciones y conexiones con la luna, su
energía va realmente a la Tierra,
abriendo un portal con las ciudades intraterrenas e intraoceánicas. Pero es
conveniente y necesario que esta entrega energética, sea consciente, para que
tenga mayor potencia; igual que la entrega de su sangre durante el período
(luna roja), lo que fortalece el vínculo de unión con la tierra y ayuda a
limpiar y purificar el arquetipo de energía femenina y todo su histórico de
manipulación; ayudando a libertar la energía de las hermanas sacerdotisas que
todavía están atrapadas en diferentes zonas del planeta y
realidades paralelas, dentro de cristales y otras estructuras.
Hay dos linajes que agrupan las diferentes órdenes y jerarquías femeninas que
operan en el planeta Tierra:
La Flor de Lis,
sustentado por la energía de Mª Magdalena y el de la Rosa Mística,
sustentado por la energía de la
Madre María. Cada una de las cuales, trabaja diferentes
aspectos y frecuencias.
Es importante la conexión del linaje de la Flor Mística de la Madre María en el
rescate umbralino, pues es verdaderamente el amor de la madre, el que a través
del viaje, acompaña la sombra de la persona, la que guarda, la que contempla,
la que espera.
Los 11 pétalos, representan el dominio de la inconsciencia. Sería un
paralelismo con el arcano del Tarot llamado “La fuerza”. Aunque según mi
información, estas puertas iniciáticas y sus frecuencias fueron manipuladas
desde la caída de la
Atlántida.
La rosa, es un laberinto de frecuencias lumínicas que
permiten la conexión interdimensional. Es lo que en mi trabajo defino como “La
telaraña”.
Por otro lado, el linaje de la
Flor de Lis, magnetizado con la energía de Mª Magdalena,
representa la curiosidad por aprender, la experiencia que quiere ser vivida, la
hija, la doncella. La Flor
de Lis representaría a la orden hermética e iniciática de los Melchizedeck en
la tierra, los alquimistas que controlan la energía. La línea femenina de estas
escuelas secretas, eran antiguamente representadas a través de las vírgenes
negras; en representación del poder femenino y la conexión con la manipulación
y el
conocimiento de las fuerzas y leyes telúricas.
Querido hijo, gastas un
montón de energía en cada una de tus conexiones, pues tienes que proyectarte hasta
los pulsares de interconexión para que desde ahí, pueda ser proyectada tu
señal. Vamos a mostrarte una forma para que optimices tu energía y para que tu
caudal, sea todavía más fuerte y constante para los rescates que has de llevar
a cabo; pues es la Tierra
la que tu cuerpo físico pisa y no las estrellas.
A través de ti, las jerarquías de luz ya realizan la conexión de los discos
solares y otras frecuencias en el plexo solar de todas las personas que
atiendes y conectas a través de tus trabajos; pero ahora, necesitamos que
además, te ancles y ancles, la energía de la Diosa y sus códigos en todas las personas; para
que realmente podáis actuar como los puentes arco iris que sois, conectando
cielo y tierra.
Manifestando así la fuerza creadora de la Fuente Trina, que es
el amor crístico que se proyecta desde vuestro corazón cuando este arco de luz
se activa y que se representa con el símbolo de la Cruz de Malta del amado Saint
Germain. Esa es la verdadera Edad de Oro, la integración y el despertar de la
consciencia del ser en la búsqueda del Dios interno.
Vamos pues con tu iniciación querido hijo, optimicemos tus códigos para que
podamos expandir a través de tu servicio y de tu luz, un mayor rango lumínico y
que este código que inoculamos en ti, ayude a otros a conectar con su sabiduría
mayor.
Respira profundamente por tres veces, conecta ahora con el templo de cristal de
tu corazón.
Observa como una luz blanca, empieza a irradiar dentro de él. Comienza a tomar
un tono tornasolado de color plata, irradiando una sutil frecuencia arcoírica.
Poco a poco, esa esfera va aumentando su tamaño, hasta rodearte completamente.
Crece lentamente con cada latido de tu corazón.
En un momento, dejas de sentir tu cuerpo dentro de la burbuja de luz blanca
maxim, pues te has fundido con ella, ahora, eres totalmente luz; y desde el
centro de esa luz, proyectas ante ti, un disco de color plateado. Es como un
espejo de agua. Es tu conexión con la Madre Cósmica, con Ia Madre Isis, con la Madre María. Te
acercas a ese disco con la intención de tocarlo y empiezan a aparecer símbolos,
mostrando un portal de conexión y activación.
En su centro, puedes ver una caracola de mar, en cuyo interior, se deja
entrever como una especie de escalera.
Puedes entrar.
Automáticamente eres absorbido y proyectado a una vertiginosa red de túneles de
frecuencias de luz.
Saltas de una frecuencia a otra, según tu codificación álmica. Es como si te
hubieran lanzado por un tobogán galáctico. No hay espacio, no hay tiempo, no
hay nada, sólo galerías y galerías de luz, que recorres a una velocidad
superluz.
De repente, todo se para, y apareces en medio de un inmenso vacío. Todo a tu
alrededor es oscuridad, tú eres oscuridad. Aunque tienes una vaga sensación de
tu cuerpo, el cual no ves y no está definido. Está, pero no está. Lo sientes,
pero no lo sientes.
Empiezas a percibir
sensorialmente que a lo lejos, algo se acerca hacia ti. Una infinidad de hilos
plateados “vuelan”, como serpientes ondulantes, desde diferentes puntos y
entran por la planta de tus supuestos pies, ascendiendo por tus piernas,
llegando a tu perineo, que como una bomba, propulsa esta energía hasta tu centro
cardíaco y empieza a girar y girar en sentido antihorario. Es la energía
telúrica de la consciencia de
la tierra, de todos los mares y océanos, de todas las ciudades intraterrenas e
intraoceánicas, de las raíces de todos los árboles y reino vegetal, de todos
los devas y elementales de la naturaleza.
Un escalofrío recorre tu espalda, pues todos estos reinos se acoplan a tu
sistema nervioso, a tu esqueleto, a tus músculos, penetra en tu torrente sanguíneo.
Ahora, una infinidad de hebras doradas repiten el mismo proceso, como una
lluvia de flechas, entrando por tus supuestos brazos y cabeza, alojándose
también en tu corazón, sumándose al giro de la energía plateda.
Puedes ver como se genera un símbolo que conoces como Yin-Yang con estas dos
energías; dorada y plateada. La unión de los arquetipos, la unión de los polos.
El Padre y la Madre
Cósmica están ahora equilibrados en ti y tú eres su hijo, el
Espíritu Santo, consumando la Divina Trinidad Cósmica; manifestada y activada
en vuestro templo, vuestra llama trina, vuestro portal de ascensión.
Esa esfera de luz de tu corazón va aumentando su tamaño hasta envolverte
nuevamente. Gira, gira y gira.
Cada vez más rápido.
Y sin darte cuenta, poco a poco, va adquiriendo la apariencia de una orquídea,
y sin darte cuenta, esa orquídea pasa a representar tu cuerpo físico y empiezas
a tomar consciencia de tu cuerpo y de la orquídea en él.
Y sin darte cuenta, vuelves a estar en el aquí y ahora, de nuevo manifestado y
encarnado en este plano.
La flor de lis, representa la conexión del alma con el corazón, manifestando a
través de la garganta la sabiduría y la conexión de tu campo psíquico mayor. En
los tiempos de los Hijos de Ra, los Esenios, lo conocían como el lenguaje suave.
Ahora camina, expande, irradia, nutre.
Queda en la paz y en la luz de tu corazón.
Queden en la paz de su Cristo Interno.
Luz.
Antonio Tirado
(25-11-2012)
