Hola José, ¿Cómo estás?. Te
cuento que me he sorprendido algunas veces ahora que he canalizado más seguido,
porque incluso he dudado de haber canalizado bien y resulta que esa voz me
advertía de cosas q iban a pasar y yo decía naaa, pero sorprendentemente me
pasaron, luego también volvió un día o dos la voz sabia que tenía de niña eso
fue súper bueno, pero ya no la oigo...he logrado tener ideas pero me falta
claridad sobre lo q tengo q hacer más específicamente, me refiero a mi
propósito de vida...pudieras decir algo al respecto, Saludos....
Te he
dicho más de una vez que a veces, sobre todo cuando vamos a pasar por alguna
prueba importante, la "voz de nuestro guía" calla y permanece en
espera, por dos motivos principales: uno porque no pueden intervenir en tu
proceso ni guiarte, ya que eso sería hacer trampa. Y dos, porque está pactado
que la parte humana de un Ser completo es la parte que tiene que solventar las
pruebas ella sola y si no las sobrepasa, tendrá que volver a repetir tantas
veces como necesite.
Nosotros
los humanos, siempre que tenemos que hacer algo que no nos es fácil, tratamos
de acudir a alguien que nos haga el trabajo. Los que canalizamos buscamos que
nuestros guías nos hagan el trabajo y cuando vemos que no es así, entonces
pensamos que hemos hecho algo malo y que no nos quieren hablar por eso. Pero es
una gran estupidez. No se ha ido de nosotros la parte espiritual porque forma
parte de nosotros. Es imposible que se vaya algo que somos. Simplemente esa
parte de nosotros espiritual permanece en silencio porque está esperando a ver
si hemos aprendido algo o no.
¿Y por
qué esa parte espiritual no hace lo que le digamos? pues porque es el 99% de un
Ser completo que somos y nosotros los humanos somos el 1% restante de ese Ser.
¿No pretenderemos mandar mucho más que una parte supra-inteligente, eternamente
consciente y divina verdad???
Esa parte
es la que conoce todo lo que necesitamos y es la que elige y pone las pruebas
por donde la parta más densa y torpe tiene que pasar que somos nosotros.
Vamos a
poner un ejemplo: sería absurdo que un maestro me pusiera un examen con las
preguntas más enrevesadas porque le interesa comprobar mi grado de preparación
y cuando voy a responder al examen, de repente se pone a hablar y me dice las
respuestas. Lógicamente yo no me molestaría ni en aprender ni en escucharle
nunca, porque sé que al final el examen siempre lo hará él y no yo. ¿Acaso no
sería verdaderamente un maestro necio?
Yo
también intentaba utilizarles como haces tú queriendo que hagan de videntes
para mí y que me digan todo lo que va a pasar; pero solamente me dicen aquello
que creen que debo de saber, el resto del día siempre permanecen callados y en
espera de ver cómo resuelvo las situaciones y cómo demuestro que he avanzado.
Hay una
cosa que me he propuesto desde hace muchos años: y es que yo nunca les hago
preguntas por muy necesitado de respuestas que esté. Ellos están siempre ahí
aunque estén callados y eso lo sé desde hace muchos años.
Sé que
cuando no dicen nada es que va a ocurrir algo en mi vida que requiere toda mi
atención y ellos están observando para ver cómo me desenvuelvo.
Luego
cuando me caigo y estoy triste, es cuando acuden a mi para levantarme y
explicarme dónde he fallado y porqué. Más adelante cuando ya me he olvidado
vuelven a ponerme la misma prueba, pero esta vez con otras personas y en otras
situaciones, para comprobar cuanto he aprendido. Y yo hay una cosa que sí he
aprendido de todo esto: y es a "reconocer las pruebas" jajajaja...
Ahora ya
no me enfado con nadie. Sé que esas personas que me incomodan las han puesto
ahí para ponerme a prueba de nuevo, aunque ellas no lo sepan.
Esto lo
he aprendido a través de la técnica llamada Hoponopono que consiste en saber
que todos los días ascendemos al astral mientras dormimos y nuestra parte
espiritual "negocia y pacta" con otras partes espirituales de otras
personas conocidas y no conocidas, para ayudarnos a vivir una experiencia al
día siguiente. Lo que ocurre es que la parte humana eso no lo recuerda nunca.
Pongamos
un ejemplo: vamos a suponer yo quiero llegar a convertirme en un sanador. Pues
bien, para poner eso en práctica necesitaré unos pacientes. Entonces mi parte
espiritual negocia con la parte espiritual de otras personas para que cuando
llegue el día siguiente, me encuentre con la primera de ellas y al preguntarle
que cómo se encuentra me diga que le duele la espalda y no sabe de qué puede
ser. Entonces sin saber cómo lo hacen, mi parte espiritual impulsa mis
emociones y de repente me encuentro invitándole a acudir a mi casa para
intentar ayudarle. Luego cuando se va me digo a mi mismo, ¿pero bueno, cómo me
he atrevido a decir que puedo tratar de sanarle si aún no estoy ni siquiera
preparado para atenderme a mi mismo?
Pero el
caso es que éste hombre acude y sin saber cómo, de repente empiezo a aplicarle
las técnicas de reiki que he aprendido y después de una pequeña sesión, me dice
que es increíble lo bien que se siente y me lo agradece y se va.
Pero como
mi parte espiritual también ha pactado con otros desconocidos lo mismo, resulta
que alguien toca mi puerta al día siguiente y me relata que conoce mis
habilidades porque es amigo de la persona que traté ayer. Lógicamente yo estoy
sorprendido, pero no puedo negarme a atenderle aun sin saber cómo es que no le
digo que yo solo ayudo a mis amigos...
¿Ves? ahí
tienes una muestra de lo que trato de que entiendas. La misión de nuestros
guías es hacer que nuestro proceso se cumpla y de diseñar los pasos por los que
debemos de transitar cada día.
Así que
yo ya no les pido explicaciones; cuando tengo fuerzas intento acomodarme a lo
que me han puesto y cuando siento que no tengo fuerzas entonces les pido que me
dejen un tiempo más hasta que me mentalice.
Pero ya
nunca les obligo a hacerme el trabajo porque sé que eso es de necios y yo estoy
aquí para ser sus brazos y sus piernas, el cerebro son ellos...
Hasta que
llegues a entender esta parte te llevará bastante tiempo. Aun así yo pruebo a
explicarte por si suena la flauta por casualidad jajajajaja...
Sabes, yo
ya no fuerzo las cosas; las dejo que ocurran cuando deban y solo me limito a
saber reconocer esos momentos y estar a la altura de lo que se me pide. Por eso
ahora me va mucho mejor en todos los sentidos. La calma que tengo ahora no la
he alcanzado nunca. Y mucha gente que me conocía de antes se sorprende ante mi
forma de ser. Y es lógico, mi carácter era muy fuerte y he aprendido a ser
fuerte cuando tengo que serlo y con quien tengo que serlo y a ser tierno y
dócil cuando debo.
Así que
todas mis historias culpando a los demás de mis cuitas se han terminado porque
no me servían más que para complicarme la vida. Los demás están ahí porque
tienen que estar y hacen lo que hacen porque tienen que hacerlo y yo no voy a
resolver porqué ni para qué, porque ni siquiera ellos lo saben, ya que como te
digo, todo está pactado desde el astral de antemano el día anterior por cada
uno de nuestros guías; los suyos y los nuestros...
Y muchas
cosas de las que decimos y hacemos no tenemos conciencia de ellas, ya que son
impulsos que no dependen de nosotros; por lo tanto el tratar de buscar ser
justicieros es absurdo.
¿Acaso
somos como robots y hacemos todo lo que ellos quieren?
No, esa
no es la cuestión real. Nosotros tenemos libre albedrío para decidir. Lo que
ocurre es que nunca estamos alertas para decidir lo más conveniente y poniendo
los cinco o seis sentidos en ello. Al contrario, actuamos dejándonos llevar de
nuestros impulsos, prejuicios, costumbres y mecanismos automatizados adquiridos
al observar y juzgar a los demás...
Pero se
necesita bastante tiempo de observación y de calma analizando todo para pararse
a pensar en cada situación cuál es la respuesta adecuada en ese momento y qué
consecuencias nos trae.
Yo
siempre le pido al Gran Padre Creador que me de fuerza y sabiduría para poder
estar "alerta" el máximo tiempo de cada día que pasa, porque sé que
me ahorraría muchos disgustos y sobre todo, tampoco causaría daño al proceso de
los demás. Es la tarea más complicada que tenemos los humanos, ser conscientes
y estar alertas a cada energía que se cruza con nosotros.
Que te llegue alguien, se cruce en tu camino, tú lo
observes (aunque no lo mires) y estés preparado para lo que va a decir o va a
hacer, es tremendamente difícil. Pero cuando logras eso, entonces permaneces
inalterable, lo miras, callas, no lo juzgas y hasta puede que le sonrías
independientemente de lo que te haya dicho o haya hecho. Repito, es
tremendamente difícil, pero se puede lograr practicando cada día.
Y te diría más, levantarse cada mañana planteándote el reto
de decir: " a ver hoy cuánto tiempo soy capaz de estar alerta y en qué
momento me caigo y me vengo abajo o me olvido"...
La verdad es que no es nada divertido tener que estar
pendiente de este tipo de situaciones cada vez que te levantas, pero te aseguro
que cuando aceptas el reto y lo llevas a cabo, tu visión del mundo comienza a
ser otra. Es entonces cuando ya hay muy pocas cosas que logren romper tu
equilibrio y ponerte de mal humor.
Ayer mismo me sorprendí con mi propia calma, ya que ni yo
mismo esperaba reaccionar con tanto sosiego. Verás, cuando llegué a casa, me
entrega mi esposa una carta certificada del ayuntamiento. En ella se dice que
el pasado día 7 de julio tenía que haber realizado el pago de mis impuestos de
bienes inmuebles por valor de 500 euros, pero que debido al motivo de no
haberlo hecho, hay un nuevo plazo para efectuarlo, pero que lleva un recargo de
50 euros más.
Lo más curioso es que ese recibo lo tengo domiciliado en el
banco, y por lo tanto no era cosa mía abonarlo, sino que lo tendría que haber
hecho el banco donde tengo mis recibos domiciliados.
Para mi, el dinero es energía. Y cuando te falta dinero
(energía), has de sacarlo de otros recursos y reponerlo (otra fuente de
energía).
Y entonces me he parado a pensar, ¿qué gano yo ahora
enfadándome, diciendo barbaridades y haciendo que mis emociones más densas se
disparen, si la solución es tan sencilla como exigir responsabilidades a quien
debía asumirlas, porque para eso está negociado y firmado ese tipo de relación?
Esa energía que me falta no soy yo quien tiene que
reponerla. Lo que si tengo que hacer es emplear mi energía para hacer que la
reponga el banco y hacerles ver que son ellos los que han cumplido sus
obligaciones; entonces, ¿para qué me voy a exaltar y perder los nervios si se
puede hacer con argumentos y con la razón bien explicada?
Te cuento esto, porque en otro tiempo, es seguro que yo me
hubiera pasado de la raya, me hubiera ido al ayuntamiento y hubiera pegado
cuatro voces a quien me hubiera atendido llamándoles de todo menos bonitos
jajajajaja...
Solo cuando has aprendido a caerte tantas veces y has
aprendido a saber porqué y cómo estar alertas para que cuando ocurra sepas
mantener la calma, es cuando podrás aconsejar y compartirles a los demás cómo
se hace.
No es que yo sea todo un licenciado en consciencia, en
saber estar y en estar totalmente equilibrado, pero al menos estoy en ello y
por eso desde mi propio proceso, he podido acumular experiencia y me sirve para
poder transmitirte lo que estoy diciéndote.
Así que querida, ellos nunca se van de ti. Te ponen a
prueba y callan. No intervienen porque no deben y además así no se enseña bien.
Se debe enseñar dejando libertad para quien debe actuar y que aprenda a ser
consecuente con sus acciones y pensamientos. Y luego que resuelva su propia
Conciencia que para eso está.
Seguramente tú estás preocupada esperando que te hablen,
pero ellos saben que no es el momento de adelantarte nada, porque son ellos
mismos los que han decidido que estés en un momento de cambio de energías y
quieren ver tus reacciones y tu aprendizaje de estos días.
El otro día habló conmigo un Ser a quien no conocía ni
había sentido su energía.
Te comparto lo que dice, porque creo que tiene mucho que
ver con esto:
Cada
paso, cada salto, deja una huella que nadie puede borrar y el Creador ve y
recuerda cada una de ellas. Todas con un propósito.
Nadie
jamás ha caminado, ha corrido, ha trotado sin un propósito. Toda pisada tiene
una historia y solo el Creador la conoce. Y yo diría más aún, cada bocanada de
aire tiene un color diferente para cada uno. No todo el aire, no todas las
bocanadas son iguales, aunque se esté en el mismo lugar, porque la energía que
se transmite, que se lleva consigo es diferente una de otra.
Al
igual que el aire, que nadie lo ve, tiene color y ese color depende cómo uno
esté.
El
ojo humano no ve todo lo que hay. Ni siquiera nosotros lo vemos todo, pero sí
más que el ser humano. Y os digo que todo se ve y todo te dice cómo eres, cómo
estás en todo momento.
La
energía es mágica y la magia hace milagros.
Y el
Mago más grande es El Gran Padre y Él todo lo ve.
Bueno
cuídate y descansa.
Yo soy
Airón
Espero que una vez más haya podido serte útil. Ya sabes dónde me
tienes si crees que me necesitas.
Te dejo un abrazo muy
grande.