El Gobierno de Obama vuelca en internet sus 'expedientes x' sobre avistamientos de extraterrestres
El fenómeno ovni fue tema recurrente de debate a finales del siglo XX. Denostado por unos, que intentaron taparlo a toda costa movidos por intereses gubernamentales, o convertido en tema de culto por una minoría que una o otra vez ha visto como se ha hecho escarnio del tema, la visita de seres de otros planetas está ahí. Para bien o para mal. Sin embargo ningún periodista ha conseguido, todavía, una entrevista con el tripulante de un ovni.
Ahora, el Gobierno de Estados Unidos ha decidido hacer públicos en internet los datos que tiene desclasificados sobre la materia, recogidos en los llamados 'Project Blue Book', 'Project Sign' and 'Project Grudge'. Estos archivos no eran más que los nombres que se le dio a la investigación oficial por parte del ejército de los Estados Unidos para abordar los casos de objetos voladores no identificados (ovnis).
La iniciativa ha sido denominada 'Proyecto Blue Book Collection'(Colección Proyecto Libro Azul), una web creada por The Black Vault para poder albergar las 129.491 páginas mecanografiadas en las que están recogidos más de 10.000 casos investigados por las fuerzas armadas estadounidenses.
La tecnología desarrollada para el control del espacio aéreo y radioeléctrico durante la Segunda Guerra Mundial permitió a los militares constatar fenómenos que tenían, en muchos casos, difícil explicación. Así, con los primeros radares y la proliferación de las patrullas aéreas con motivo de la Guerra Fría, los militares norteamericanos atesoraron estos archivos, ahora públicos, que abarcan desde 1947 hasta 1969.
El 'Proyecto Blue Book Collection' puede consultarse tanto por año como caso a caso. en la dirección http://projectbluebook.theblackvault.com/ Su descarga es gratuita y, a buen seguro, que mucho interesados por el fenómeno ovni encontrarán historias que ya conocían por publicaciones especializadas o contactos con los testigos que aún viven de aquellas experiencias.
Otra cosa es que en esas páginas estén recogidos todos los datos tal cual fueron redactados en su día. A los gobiernos no les interesa que se conozca todo lo que saben o si sus sistemas fueron burlados por unos artefactos voladores de origen desconocido. Serán datos suficientes para que los "ufólogos de salón" -como denomina el especialista en la materia Juan José Benítez a los 'expertos' que se nutren del trabajo de los demás- puedan establecer sus precarias teorías.
En España, el Ministerio de Defensa comenzó en 1992 a desclasificar parte de los documentos sobre el fenómeno ovni, elaborados en su día por el Mando Operativo Aéreo (MOA), denominado hoy Mando Aéreo de Combate (Macom). Eran informes sobre avistamientos de naves, ingenios que tras persecuciones por cazas del Ejército del Aire conseguían escapar infringiendo cualquier lógica de la aeronáutica. Las investigaciones particulares sobre esos casos demostraron que Defensa desclasificó solo parte de lo ocurrido, datos que no afectaban a la seguridad nacional. Incluso, los investigadores comprobaron cómo se tergiversó el testimonio de los testigos de unos hechos ocurridos en España.
A raíz de los primeros avistamientos de platillos volantes, la Fuerza Aérea estadounidense se puso a investigar el tema ante el temor de que los misteriosos objetos que se veían en los cielos fueran armas soviéticas. Tras sucesivos proyectos -con nombres como Signo, Rencor y Libro Azul- y después de veintiún años de pesquisas oficiales, los militares dieron en 1969 carpetazo a la investigación sobre ovnis al concluir que ni eran producto de una tecnología avanzada ni suponían un peligro para la seguridad nacional. Desde finales de los años 70, la CIA y el FBI han hecho pública gran cantidad de información clasificada sobre el fenómeno de los platillos volantes, incluidos los archivos del Proyecto Libro Azul. Parte de esa documentación llegó al gran público en obras comoProyecto Libro Azul (1976), de Brad Steiger, y Ovnis: el archivo de la CIA. Documentación y memorandos (1980) y Ovnis: el archivo de la CIA. Informes de avistamientos (1980), del ufólogo español Andreas Faber-Kaiser. Desde los comienzos de Internet, esas mismas agencias gubernamentales han ido colgando en la Red toda la documentación oficial sobre avistamientos de ovnis, material que se encontraba hasta ahora disperso por sitios oficiales y de aficionados, y podía consultarse íntegramente en forma de microfilme en los Archivos Nacionales de Washington. Así pues, no es cierto que haya salido a la luz algo hasta ahora oculto.
Tampoco lo es que el Gobierno estadounidense haya hecho en las últimas semanas o meses nada respecto a la documentación ovni. Ni el Ejecutivo de Obama, ni la Fuerza Aérea, ni la CIA, ni el FBI, ni ningún organismo oficial ha volcado nada nuevo en Internet desde hace tiempo. Lo que ha pasado es que un aficionado a los ovnis, John Greenewald, se ha tomado el trabajo de reunir todo el material sobre ovnis de los Archivos Nacionales en un sitio, The Black Vault, de modo que puedan hacerse búsquedas sobre esos documentos. “Estoy muy emocionado de anunciar que, después de meses de la recolección, programación y conversión, he completado una base de datos de 130.000 páginas, que reúne más de 10.000 casos, de los archivos del Proyecto Libro Azul (incluyendo, los proyectos Signo y Rencor). Aunque existen algunos sitios por ahí con algunos de estos archivos, muchos no están completos ni tienen los registros en un formato PDF para búsquedas. Este nuevo sitio lo tiene todo, es de fácil navegación y búsqueda, y gratis”, explicaba hace unos días en esa página web. En una entrevista publicada el lunes en Open Minds, Greenewald dice que comenzó el proyecto hace casi 20 años, cuando era un adolescente.
Si a estas alturas se pregunta cómo es posible un patinazo periodístico así, bienvenido al club de los sorprendidos. Mi sospecha es que los medios españoles tienen una única fuente: la información publicada ayer por el Daily Mail, diario que la mayoría cita. Les hubiera bastado echar una ojeada a The Black Vault para comprobar que estamos ante una iniciativa privada, que se trata de una recopilación de material oficial sobre ovnis ya conocido -aunque no por eso el trabajo de Greenewald no sea digno de elogio- y que EE UU no acaba de poner ninguna documentación secreta en el escaparte.