Es una gran pregunta, querido Armando, porque me la he estado yo haciendo durante mucho tiempo. ¿De qué me sirve esta experiencia? ¿Qué voy a hacer yo con todo esto?

¿Debo asumir yo solo esta esquizofrenia o la tengo que compartir?

En fin, hasta que estuve seguro de que lo que me pasaba era real, tuve que vivir en un secretismo absoluto durante varios años…

Lógicamente yo lo escribía todo para estar completamente seguro de que no inventaba y de que provenía de “otra mente” que no era la mía.

Evidentemente a mi esposa no pude ocultárselo durante mucho tiempo, porque se daba cuenta de que escribía “mis cosas” como yo decía y tarde o temprano tenía que dejar de haber secretos de ese tipo entre nosotros. Y más cuando desde el inicio supe que ella era quien era en mi proceso. Nunca entendí porqué la “reconocí” nada más verla, aunque luego más adelante me fue explicado. Pero dejemos esa parte porque es privada y no es mi deseo compartirla a nadie.

Lo que sí pude hacer, era no contaminar la mente de mis hijos; así que ellos sabían que yo me encerraba en mi despacho para escribir,  no se percataban de para qué lo hacía. Siempre pensaron que eran cosas de mi trabajo.

A día de hoy todavía no sé si llegaron a leer algún cuaderno a escondidas o no; pero por si acaso llegué al acuerdo con mi Maestro en que debía quemar cada cuaderno que estuviera completado y así lo fui haciendo siempre.

Y bueno, vamos con tu pregunta… ¿qué me ha aportado todo esto y de qué me sirve?

Mira Armando, no voy a entrar en muchos detalles para explicarlo, porque ni corresponde, ni es mi deseo alargarme en demasía...

Te diré eso sí, que como cualquier otro humano, yo soy, o era, de los que necesitaban “tocar suelo” para no ser demasiado volátil e ingenuo. Así que lo primero que hice fue asegurarme de que no había perdido la cordura jajajaja

Entre otras cosas porque, bueno tú quizá no lo sabes porque acabamos de conocernos, aunque sea digitalmente, pero el caso es que yo trabajo con armas y además cara al público, con lo cual esta parte me preocupaba lógicamente.

Así que una vez que comprobé que “mi esquizofrenia” no era peligrosa, ni para mi mismo ni para nadie más, entonces proseguí con mi experiencia de vida.

Y sabes… yo necesitaba certezas de lo que ocurría en mi mente, en mi interior. He hablado de esto públicamente en mis charlas en la web, entre otras cosas, porque necesitaba compartirlo, para tener la seguridad, de que si había personas que iban a vivir lo mismo, al menos supieran cómo desenvolverse en su vida diaria.

Yo creo que he podido ayudar a unos pocos y esa parte me hace sentirme más que pagado por los momentos de incertidumbre que viví durante tantos años.

Pero he de serte sincero. Los Seres de Luz conocen nuestras incertidumbres, nuestras dudas, nuestras propias miserias incluso. Sabiendo esto, me propuse vivirlo como viniera sin hacer preguntas. Lo digo en serio. Yo soy una persona con mucha hambre de saber. Incluso esta inquietud me ha traído muchos conflictos, porque la naturaleza humana es la de acaparar y querer saber solamente por saber, estemos preparados o no para asumir información que no sabemos manejar con destreza. Pero bueno, ese capítulo de mi vida lo guardo “bajo llave” en mi fuero interno, porque casi da al traste con todo.

Como te decía, nunca quise hacer preguntas, porque mi intención era que se me guiara conforme fuera necesitándolo sin poner condiciones de antemano.

Si me preguntas si he “utilizado” a mi Maestro alguna vez en mi vida, la respuesta desgraciadamente es que sí. Los humanos no solemos hacer nada gratis porque sí. Ninguno sentimos de lleno lo que es el “Amor Incondicional”, por tanto siempre esperamos “compensaciones” a cambio. Y efectivamente yo le he chantajeado más de una vez con que “me adelantara información” en algunos sucesos de mi vida diaria, para partir con ventaja... y bueno… por egoísmo puro y duro, para qué nos vamos a engañar…

Es tanto el amor que nos profesan, que se dejan embaucar por nuestros deseos egoicos y a veces hacen lo que no deben. ¡Ufff! Te podría relatar tantas cosas al respecto, que te sorprenderías con toda seguridad. Somos desagradecidos por naturaleza y la necedad es un sello que llevamos grabado a fuego en nosotros.

Pero claro, supongo que tú no querrás saber qué ventajas me ha traído conocer alguna información por adelantado en mi vida. Y además, no creo que mi testimonio te sirviera de mucho, pues aunque normalmente el conocer situaciones que iban a venir a mi vida familiar era una ventaja para saber hacer lo que debes, en mi caso, no era así jajajaja--- siempre acababa metiendo la pata, aun habiendo sido advertido. Mi torpeza nunca ha tenido límites. Los avisos nunca han servido de nada. Era un desastre… de ahí lo de “incorregible”… en fin, de pena…

Vamos entonces con la parte que sí nos interesa de verdad.

¿Qué me ha aportado esta experiencia entonces verdaderamente?

Primero y sobre todo, COHERENCIA, mucha coherencia a mi vida. Vivir sin un patrón de “buen hacer” en un proceso, es una rémora que hay que arrastrar en un camino plagado de obstáculos constantes.

Tener un “voz interior” que te guíe y te sostenga cada día de tu vida, llevándote por la senda más adecuada es impagable.

Los humanos somos seres esencialmente emocionales. Cuando cualquier emoción preside nuestros actos, no hay lugar para la templanza ni para la sabiduría.

Actuamos movidos por reacciones muy densas, muy básicas, muy groseras incluso.

Poder tomarte unos instantes de análisis ante una situación, es un lujo que pocos pueden alcanzar y yo tenía esa prerrogativa. Otra cosa es que fuera y sea tan estúpido que no lo aproveche y casi siempre meta la pata.

Después suelo sentirme muy mal claro. Como dice mi Maestro: “para que te enfades conmigo, enfádate con tu conciencia que para eso hace el trabajo que hace”…

Así que bueno, hay un poco más de coherencia en mi vida, en mi forma de hacer las cosas. Ya no me peleo innecesariamente; prefiero sujetar la bestia que vive en mí, aunque se torne una tarea bastante difícil de llevar a cabo en esta selva de asfalto.

La coherencia te ayuda a ser lo más fiel posible a tu patrón de pensamiento y evita que seas tan patético en tus manifestaciones como humano.

Si tu patrón es de templanza, de sabiduría interna, de humildad trabajada y de constancia en tu proceso, es más difícil que te traiciones a ti mismo.

También me ha aportado información “desconocida” que hace que ya no me plantee que invento. Esta es una de las certezas que me ha regalado esta experiencia. Las cosas se cumplen. Las informaciones logran acoplarse como piezas de un gran puzzle y sellan mi proceso aliviando mis dudas.

Creo que hay un propósito en todo. Creo que si consigo “reconocerme” a mi mismo algún día, podré llevar a cabo lo que haya que hacer para ayudar a mejorar este mundo. Hay esperanza. Como te he dicho con anterioridad en otra ocasión, El Gran Padre Creador no juega al azar. Si permite que algunos torpes despierten y sepan ver algunas señales que les ayuden a descifrar los misterios que están ahí y que pueden ser transmutados en herramientas, en habilidades, entonces hay esperanza. Hay un ejército de gente “que no saben que son” pero que están en el camino de saberlo, siempre que trabajen de verdad.

La experiencia que vivo sobre todo me ha ayudado a eso, a trabajar en serio interiormente por una meta. Ningún ser humano por naturaleza trabajaría en sí mismo si no tuviera ayuda. Lo sé con certeza. Nadie se pondría a querer mejorar solo por el simple deseo de ser mejor. Nada de lo que te rodea te lo permite.

Hay y ha habido muchísimas buenas personas en esta y otras vidas, pero siempre han acabado sucumbiendo. Si no fuera por la oportunidad de ser asistido, nada en este mundo merecería la pena, porque no habría esperanza viendo lo que hay.

Mas cuando una parte de ti es guiada y tienes la certeza de que hay oportunidades de cambiar el futuro, es entonces cuando das por bueno el trabajo que realizas en ti.

Así que ya tienes otro motivo más Armando… coherencia, información, esperanza y trabajo en mi mismo que me lleva a disponer de certezas.

Podría hablar de otras partes más que están ahí, pero creo que las que te he citado son más que relevantes como para no abandonar esta senda.

No soy un místico iluminado te lo aseguro. Más cafre y torpe no se puede ser. Aún tengo que averiguar qué fue lo que hizo que alguien que es “poca cosa”, pudiera tener acceso a intentar elevarse y ayudar a elevar a otros.

Creo que quien me guía es tan inmenso en su amor y en aquello por lo que lucha, que me ha tenido que “contagiar” por fuerza, porque sino no me lo explico…

En fin Armando, que hay esperanza. Que aún hay cosas por hacer y que los planes del Creador no caerán en “saco roto”. No lo digo por mí; lo digo porque hay y habrá almas preciosas que darán un salto cuántico y lo cambiarán todo…jajajaja a lo mejor yo solo estoy aquí para “despistar” y hacer que quienes verdaderamente han venido a lograrlo todo, tengan tiempo de hacerlo, mientras yo me expongo o hago creer que soy protagonista jajajaja… ya se lo digo a los chicos con aquello de “el ejército cartón piedra” que está aquí dispuesto para despistar al enemigo mientras avanzan las tropas reales…

Pero sabes… aunque así fuera, si hay esperanza de que todo cambie y se logra, mi contribución será la que es y yo seré muy feliz.

Cuando era un niño siempre quise creer que pertenecía a una generación que sería la última y que haría algo extraordinario. Siempre lo creí. Fíjate cómo sería mi fe en ello, que andaba soñando en aquel tiempo y eso hizo que me suspendieran en tercer curso de la primaria, porque siempre “andaba en las nubes” jajajaja

Nos es que haya mejorado gran cosa, ¿pero ves? Al menos he conseguido que alguien me haga preguntas creyendo que lo sé todo jajajaja… bonito juego Armando, si tú no te cansas, yo tampoco tiraré la toalla. Pero ojo, no vayas a pensar que te lo contaré todo ¡eeeh!... hoy me has pillado un poco “piante” y estoy hablando de más, pero tampoco creas que no sé medir las cosas que digo.

Te dejo un abrazo grande y te digo lo que me dice Ramtha… “de los cobardes nunca se ha escrito nada”

Así que a buen entendedor pocas palabras bastan…