Bueno Armando, vayamos por partes:

Primero que nada, celebrar que sigas interesado por esta senda que no es nada sencilla de transitar; lo parece en principio, pero no lo es en absoluto cuando realmente se dejan a un lado los temas de moda y se compromete uno “a trabajar de verdad”, cumpliendo con todo lo que esto conlleva…

Segundo, me parece muy bien que quieras dejarte de lenguaje técnico y busques la sencillez del verdadero significado, yo siempre he luchado por ello. Así que sin más preámbulos vamos a ello…

Mira, yo llevo más de 25 años, inmerso en esto de la espiritualidad. Sinceramente lo hice como todos, por la curiosidad que tenía por conocer todo lo que tiene que ver con los temas del misterio y de la parapsicología. En ningún momento me había planteado lo de la espiritualidad propiamente dicho. Es más, yo no creía para nada en muchas de las cosas que se explican en la Biblia y siempre había sospechado que esto era un invento de alguien interesado en el control moral y emocional de la gente.

Pero claro, cuando profundizas en estos temas esotéricos, terminas un día u otro por vivir una experiencia que te cambia la vida y la forma de pensar.

No voy a relatarte mi historia porque es muy compleja. Yo no me convertí de la noche a la mañana en alguien “muy espiritual” porque me haya llegado una iluminación repentina como si fuera un buda jajajaja… no, no, para nada. Yo me sumergí en el misterio de ¿cómo era posible que algunos humanos pudieran hablar con alguna conciencia, energía, entidad invisible, etc, etc?  

Me parecía demasiada casualidad que todas las culturas de todos los tiempos mantuvieran un nexo común, que no era otro que el que todas ellas afirmaban haber obtenido comunicaciones con “alguien” más elevado o al menos más avanzado.

Y ese fue el camino que yo tomé para investigar. Todo lo demás a mi no me importaba prácticamente nada. Me interesaba más que otra cosa el tema de “la transcomunicación”.

Claro, en ese instante yo desconocía algo que ahora sí sé jajajaja… y te lo voy a decir. Yo desconocía que la casualidad no existe. Yo no sabía de los procesos elegidos con anterioridad a la encarnación. Tampoco sabía que en realidad somos “algo más que humanos”, pero no nos lo creemos porque nos parece imposible que sea así. Y claro, ni mucho menos podía imaginarme yo que todos tuviéramos una conexión permanente con “ése ser divino que somos” y que puede atravesar el tiempo y el espacio pase lo que pase. Si alguien me hubiera dicho todo esto, hubiera desconfiado de él y hubiera pensado que era una invención de ciencia ficción, que en realidad utilizaba con algún fin que yo no acertaba a comprender.

Por eso digo que yo no era el más idóneo para dar el perfil de un hombre espiritual. Había y hay hombres sencillos, humildes y buenos que merecen encontrar el camino y ser elegidos para cualquier planteamiento espiritual que quieran de ellos.

Pero, esa es la palabra clave: “los elegidos” jajajaja… esa es una de las mayores falacias con las que yo me he encontrado en todos estos años de lo que te hablo.

Los curas por ejemplo, dicen recibir “la llamada de Dios” en su interior y expresan sus votos de pobreza y obediencia, pero que luego no es más que una puesta en escena diaria, para vivir de un modo privilegiado y así asegurarse una vida, que yo no voy a criticar ahora, puesto que todos se lo hemos permitido y hasta les hemos otorgado el poder de convertirlo en sagrado y habitual.

Si hablamos de Los Testigos de Jehova, pasa casi otro tanto de lo mismo, hay unos pocos elegidos que ellos denominan “los ungidos”, y éstos son los únicos que parecen recibir directamente “la verdad” de boca de Jehova. Si les planteas que tú también puedes “recibir información”, como hice yo, automáticamente te dicen que eso es “obra del inicuo” que te ha atrapado en sus redes y te puedes preparar entonces jajajajaja…

En fin, que si vas investigando a todas las filosofías del mundo y de todos los tiempos, irás viendo que había chamanes que “eran elegidos” por los dioses y que el resto eran poco menos que rebaños a los que había que manejar ¿cierto?

Así que resumiendo, una vez que yo sabía esto, evidentemente tenía claro que no iba a ser un elegido porque nunca di el perfil adecuado. Tampoco es que me importara demasiado, porque repito, no creía en todo ello. No me interesaba un dios que hacía esas diferencias. No me interesó nunca un dios que castigaba a unos y sin embargo permitía desmanes a otros en su nombre. Esa parte la tenía clara y por eso yo no estaba dispuesto a profundizar a ese nivel religioso.

Pero, como digo, nada es casualidad. Nada ocurre porque sí. No hay procesos que sucedan al azar. Todo está cuidadosamente planificado desde el “no tiempo” y nosotros sin saberlo, porque aceptamos olvidarlo, en realidad somos quienes lo llevamos a cabo pensando que es elección nuestra. Pues nada de eso. Efectivamente elegimos cuando ponernos en marcha. Elegimos retrasar o no nuestro camino. Elegimos entretenernos, rendirnos o abandonar. Pero nunca podríamos elegir el proceso adecuado, porque sencillamente no “vemos más allá del tiempo ni del espacio”. Eso lo puede hacer alguien que tenga una perspectiva más elevada que nosotros.

¿Entonces qué nos queda? 

Nos queda investigar y tratar de entender si ciertamente hay un Ser por encima de nosotros que puede ver lo que nosotros no vemos y que nos puede guiar.

Y claro, esto no será fácil de investigar si no arriesgas de verdad por ti mismo.

Y aquí es donde entra tu pregunta…

Tú dices:. “yo quería ya dejar de leer tanto y ponerme "manos a la obra en serio" de una vez…

Y claro, este es el quid de la cuestión. La pseudoespiritualidad ha crecido mucho en estos tiempos. Ahora parece estar de moda. Incluso se han mezclado las corrientes de la llamada New Age con la propia espiritualidad, todo ello envuelto por las religiones, por las puestas en escena y por todo el “batiburrillo” de filosofías e intereses comerciales y egoicos.

Ahora está todo mezclado y liado y cada vez lo estará mucho más…

Así que haces muy bien en no querer leer nada más sobre todo esto. Se venden libros, se suben vídeos, se fomentan grupos… ahora todo el mundo conoce sistemas de sanación, sistemas de meditación, etc, etc…

Y sin embargo tú, lo tienes tan claro, que casi sin querer, has pedido que se te explique “cómo ponerte manos a la obra en serio”… ¿estás seguro de que quieres profundizar en esto de verdad? ¿No será que preguntas por preguntar porque como todos quieres saber, pero no implicarte en algo que cueste demasiado?

Lo digo porque yo llevo algunos años tratando de explicar todo esto en una salita de chat y son y han sido varios los que me han escuchado. Pero ¿se han puesto a trabajar en serio? Mira Armando, yo amo a estos chicos, pero me he ido retirando poco a poco de los chats porque he visto que se quieren recibir charlas, pero poner en práctica lo que se está explicando ya es otra cosa.

Podría contar con los dedos de una mano aquellos que verdaderamente lo han intentado. ¿Y tú cómo lo sabes José? Te estarás preguntando jajajaja… no amigo Armando, yo no soy vidente, ni tampoco ando controlando a ninguno de ellos.

Lo que ocurre es que Nuestros Seres Superiores forman una Unidad Sagrada que pactó reunirse en este tiempo con sus materias y guiarlos.

Y se nos dijo que en este tiempo “ellos y toda La Flota” podrían (Y de hecho lo hacen) “leer” en nosotros en todo momento.

Y quienes estamos en contacto con Nuestros Seres Superiores, lo estamos también con los Seres Superiores de quienes se cruzan en nuestro camino. Y cuando como ellos dicen, se produce un encuentro con alguien a quien ponen en tu camino, es inevitable que actúe “la resonancia” en cada uno de ellos. Mas cuando esta “resonancia” no vive una llamada “retroalimentación” de energía, es entonces cuando se refleja en cada conexión.

Pero como dices que te lo explique todo sin palabras técnicas y de forma clara y sencilla, intentaré hacerlo. A ver…

La “resonancia” tiene que ver con el contagio del amor incondicional y de la luz. Se produce de forma espontánea cuando un corazón acaba de despertar aunque no sabe muy bien qué está pasando. A mi me ocurre mucho con la gente nueva que entra a la salita. En ellos se produce una fuerte emoción porque por fin han llegado a “un lugar” donde “hay gente rara como ellos” y entonces se produce un inesperado júbilo.

Es la resonancia la que les ha hecho quedarse a escuchar. Vibran como nosotros y no pueden evitarlo. Por eso se llama “resonancia”, porque resuenan en una frecuencia que habían olvidado. Y al volver a vibrar en ella se emocionan. Se sienten acogidos en ella porque aunque no recuerdan que es la suya, sí que les hace sentirse bien.

De hecho, te contaré un secreto: cuando llegue el tiempo futuro, cuando todo vuelva a comenzar y estemos viviendo partiendo de cero en plena naturaleza. Cuando hayan desaparecido las vibraciones egoicas. Cuando la conexión con aquello que verdaderamente Somos comience a elevarse en nuestra conciencia. Y estoy hablando de aquellos que hemos logrado transitar “lo que ha de venir”, (Y de esto no puedo contarte nada porque nadie sabe ni cómo ni cuando va a ser), entonces una gran muchedumbre de humanos querrán saber y obtener respuestas. Unos pocos, los que han trabajado en ellos mismos todo este tiempo, “tendrán los canales abiertos” y por ende serán quienes reciban instrucciones, información, apoyo, sostenimiento…  ¿y qué pasará con quienes no han trabajado en ellos mismos, pero no han desaparecido?

Esos también estarán aquí empezando de nuevo. Y no han desaparecido porque no eran corazones egoicos. Y porque “por resonancia” eligieron vibrar como les indicaban sus corazones, aun a sabiendas de que su espiritualidad no había sido trabajada.

¿Se entiende esta parte Armando?

¿Y entonces qué es la retroalimentación de la que hablaba?

Bueno, vamos a explicarlo de forma sencilla:

Mira, cuando observas detenidamente el número 8, te das cuenta de que no es un número cualquiera. Si visualizas con calma la energía que fluye por el número 8 podrás visualizar que es eterna porque nunca deja de fluir. No se detiene ni se limita por ninguno de sus lados porque no tiene lados. Son como dos esferas unidas que una tiene una corriente ascendente y la otra descendente y ambas de cruzan y complementan.

Creo que será bueno que te ponga una foto para que lo puedas contemplar mucho mejor:

Pues bien, se llama retroalimentación porque fluyes “dando y recibiendo”. Esa es la base de porqué el Gran Padre Creador hizo todo desde que quiso experimentar en la Creación.

Él se expande a través de los fractales surgidos de Sí Mismo y mediante la energía con las que nos sostiene y nos alimenta, Él a su vez recibe nuestras experiencias y aunque esas energías que le llegan de nosotros son “cuerpos” densos y energéticamente distorsionados, no deja de ser “información” que a Él le sirve y le enriquece.

Y como todo eso se hace por medio del amor incondicional, por eso “retroalimenta”, porque da y recibe y ambas partes se expanden y se elevan.

Y cuando te decía que los seres superiores “leen” en nosotros y saben quién se retroalimenta y quien no, es porque ven quién trabaja en serio y da y recibe y quiénes solo quieren recibir y lo exigen todo, pero no están dispuestos a sacrificar nada a cambio…

¿Se entiende ya esta parte?

Bien querido Armando, entonces seguiremos en una segunda parte, porque ya te dije que este era un tema complejo…

(Continúa la segunda parte)

(Segunda parte)

Antes de continuar con la segunda parte te dejaré aquí unos links que te hablan un poco más a cerca del número 8

http://infinitos-8s-azules.blogspot.com.es/2006/11/le-energia-del-ocho.html

http://www.kinesiologia-aplicada.es/index.php/articulos-y-testimonios-2/articulos-publicados/modelo-holografico-del-cerebro-y-el-8-tibetano.html

http://sermasyo.es/significado-del-numero-8-poder-energia-y-realizacion/

https://www.facebook.com/notes/claudia-revuelta/el-simbolo-del-infinito-sagrado-leminiscata/606745456048626

Como te decía al comienzo de este relato, a mí me movía la curiosidad por saber cómo era posible “comunicar con ellos” aunque no fueras o no dieras el perfil de elegido. Y claro, como yo no me consideraba digno de ser elegido, me tuve que buscar una puerta de atrás para poder “colarme en su zona” jajajaja…

Era tan atrevido y osado que no le tenía miedo a nada. (Por favor, repito una vez más que sigas teniendo en cuenta que nosotros creemos que hacemos todo, pero que en realidad vivimos un proceso ya planificado y son los Seres Superiores los que “permiten” e incluso nos ponen en el camino cosas que ni imaginamos, con tal de que aunque sea dando un rodeo, nos lleven donde tenemos pactado).

Así que decidí iniciar un experimento peligroso que no sabía a dónde iba a llevarme. De hecho, casi me vuelvo loco porque quedé atrapado en mi propia ambición y en mis ganas de conocerlo todo como fuera, al pecio que fuera.

Te estoy hablando de “la Ouíja”…

Repito, consideraba que yo no era digno de que me hablaran “los dioses”, porque no era el humano más recomendable para ello. Así que me conformaba con que me hablaran al menos “los espíritus” y que me pudieran contar algunas cosas…

Y no voy a engañarte. Lo conseguí y además sin esfuerzo. Demasiado fácil me pareció a mí, pero bueno, es lo que buscaba; así que no me quejaba e incluso aproveché para hacer preguntas de todo tipo.

En aquel tiempo no me daba cuenta de la insensatez que estaba cometiendo. Me estaba dejando guiar por “la energía ámbar”. Lo único que me importaba era el conocimiento, la información, con la única ambición de recibir así porque sí…

La “energía ámbar” es la acción del ámbar… la ámbar acción… LA AMBICIÓN.

Y claro, cuando te retroalimentas de algo que no contiene el amor incondicional de principio, sino que contiene una condición, un apego, una intención densa, entonces llega un momento en que tu corazón se asfixia. Sientes que te has metido en una trampa de la que ya no te es posible salir sin ayuda.

Era una retroalimentación que cierto es que me surtía de información. Yo aprendí mucho “con ellos” y al principio me sentí privilegiado. Pero claro, esto te pasa factura. Me aislé de todo lo demás y solamente vivía para la ouija y lo que me iba llegando. Hasta que comenzaron a cambiar las cosas. Cuando no existe el amor incondicional por medio, nadie te da nada a cambio de nada. Por tanto comenzaron a pedirme cosas que ni quiero recordar ahora. Solamente decirte que me di cuenta de que me habían estado utilizando para “vivir” a través de mí…

Así que me decidí a encontrar una salida y abandonar todo esto, pero no sabía por dónde empezar.

Claro, en aquel tiempo no lo sabía, pero lo cierto es que mi Ser Superior permitió que yo me sumergiera en esta falta de cordura para que aprendiera a distinguir cada estado vibratorio y así a día de hoy pudiera ayudar a otros. Porque si no te metes en el lodo alguna vez, ¿cómo pretendes enseñar a otros a reconocerlo?

Lo cierto y verdad es que estaba atrapado y sólo se me ocurrió hacer lo que acabas de hacer tú ahora Armando: pedir ayuda de verdad para hacer lo correcto sin importar el trabajo que me lleve…

Si te estoy relatando todo esto, no es para contar mi historia porque sí; sino que trato de que entiendas que yo no tenía miedo de buscar; tampoco tenía problemas por emplearme a fondo. Solo que lo estaba haciendo en la dirección equivocada. Buscaba la parte más fácil como hacemos todos los humanos.

Y ahora en cambio estaba dispuesto a sacrificar mi ambición por querer saber con tal de que alguien me sacara de la trampa en la que me había metido.

¿Y sabes qué?

Incomprensiblemente ¡la ayuda me llegó!... ¡no lo podía creer! Pero me estaba pasando. (Ahora sé que era lo lógico. Había abierto un canal de comunicación, solo que lo hice en el lado equivocado). Pero lo cierto es que se me estaba dando la oportunidad de rectificar y yo no quería desaprovecharla. ¡Esta vez no!…

He decirte que esta vez lo que me llegaba era mucho más fuerte y profundo. Directamente resonaba en mi corazón y era una vibración diferente. Creo que aunque lo intentará no sabría cómo explicártelo… yo creo que los chicos que han aprendido a canalizar a su Ser Superior me están entendiendo perfectamente.

Es como si te hablaras a ti mismo desde el más allá pero con una voz más potente y profunda, al mismo tiempo que tierna, seria y con una profunda sabiduría.

Reconozco que desconfiaba aunque me sonara diferente. Pensé que podrían ser los del “lado condicional” que hubieran cambiado de táctica para poder seguir utilizándome. Pero si analizas la conversación que voy a compartirte ahora, verás que una vez más estaba equivocado. Más o menos fue esta:

¿Quién eres? ¿Cómo debo llamarte?

-         Yo soy quien tú quieras que sea… Puedo ser un padre para ti… un amigo… un maestro… Y si crees que verdaderamente necesito un nombre, entonces ponme el que tú quieras…

¿Puedo llamarte maestro?

-         Así sea entonces…

-         Pero quiero antes que nada que tengas clara una cosa: yo no he venido a adularte y a decirte todo aquello que quieres oír José. Yo vengo a ayudarte a trabajar para convertirte en mejor persona. Y no va a ser fácil dado tu carácter y tus ganas de querer saber por saber. ¿Estas dispuesto a trabajar en esto en serio? 

Lo estoy. Sé que lo estoy. Me costará pero quiero intentarlo…

-         Bien, haremos una cosa: si tú no tiras la toalla, yo estoy dispuesto a no tirarla tampoco a apostar por ti. Pero repito, no esperes oír lo que quieres oír, porque no es ese mi cometido, ¿estamos de acuerdo?

Esa fue nuestra primera conversación Armando. No me importa revelarla aquí y ahora porque la viví y la seguí viviendo por más de 27 años ya…

Tú dirás: ¡claro, pero tú tienes ayuda!, ¡así cualquiera!

No Armando, así cualquiera no. Yo he estado varios años enseñando a los chicos a conectarse con sus Seres Superiores y lo han logrado. Pero esa ayuda no ha sido garantía de nada. Algunos (los más), han abandonado la conexión y se han rendido. Alguno de ellos hasta me ha confesado que todo era muy hermoso, pero que les venía muy grande. Y sabes, no me estoy inventando nada. Yo guardo todas las canalizaciones y cartas recibidas durante todo este tiempo; por eso sé muy bien de qué estoy hablando…

No es fácil querido Armando, no lo es. Cuando logras “conectar”, eres muy feliz porque estás viviendo una experiencia única. Pero con el tiempo te vas dando cuenta de que ese encuentro inicial y emocionante, luego se convierte en una lección cada día, cada instante. Y comienzas a protestar por todo. Y comienzas a cuestionar las cosas que te ocurren. Y les cuestionas todo. Y les haces chantaje para que te den un trabajo y una mejor vida llena de comodidades. Y te aseguro que muchos han abandonado porque no se les estaba dando eso. Pero incluso peor, otros que prometían mucho, fue cuando se les dio un trabajo y se cubrieron sus necesidades básicas que abandonaron poco a poco a sus guías… ¿cómo podemos ser tan desagradecidos y tan necios?

No Armando, tener ayuda no es garantía de nada. La ayuda de tu Ser Superior es un derecho adquirido que tenemos todos. Nadie es más que nadie. Pero eso no te garantiza nada.

Y digo más, prácticamente resulta excesivo para ellos tener que desgastarse energéticamente cada día por venir a ayudarnos. Porque te diré una cosa: la energía que rodea este tercer plano es una energía gris y pegajosa como el alquitrán. Y cada vez que vienen a ayudarnos se quedan casi, casi adheridos a esta “basura” energética que nos envuelve. Y necesitan irse a “limpiarse” y a recobrar la luz que pierden con nosotros. Y notan que cada vez es más difícil ayudar porque ya nadie se emplea a fondo de verdad para cambiar, para limpiarse, para sanar sus apegos. Y tú me preguntas cómo se hace este trabajo interno ¿verdad?

Es muy sencillo, no hay misterio en esto. Yo siempre les decía a los chicos en la salita del chat donde nos encontrábamos lo siguiente:

“Tenemos que hacernos conscientes del aquí y el ahora en cada instante. Pero como sé que eso no nos resultará posible, hemos de intentar que sea al menos cada hora en punto por ejemplo. Así que cada hora hemos de hacernos las siguientes preguntas: ¿quién soy verdaderamente? ¿Cómo soy? ¿Cómo me siento? ¿Cómo me ven los demás? ¿Qué les entrego?”

Porque te diré una cosa Armando. Es muy cierto que tenemos a alguien que nos ayuda, que está ahí pendiente de nuestras necesidades, de nuestras dudas… pero si no nos hacemos conscientes de ello, es como si no tuviéramos a nadie. Y cuando preguntas ¿realmente quién soy yo? Deberías de tener claro que no eres el humano que crees que eres. Este es un rol que estás cumpliendo como Ser Superior. Y lo sabes pero no le das paso a Él. De ninguna manera dejas que Él se pronuncie en tu vida diaria. Es más, si lo hiciera te daría vergüenza, porque resultaría demasiado amoroso, demasiado tierno, demasiado sabio. Y eso te parece que te pone en evidencia ante los demás. Y cuando preguntas ¿cómo soy? La respuesta es bien sencilla, eres como los demás quieren que seas. Nunca vas a emplear la coherencia en tus formas, porque entonces serás sospechoso de algo que crees que te perjudica. Y si te preguntas ¿cómo me siento? La respuesta es también muy sencilla: te sientes un cobarde que está ejerciendo un papel que no es el que mejor interpretas, pero te has acostumbrado a llevar esa máscara y te sientes cómodo.

Y si se te ocurre quitártela, entonces compruebas que entras en conflicto y claro, no estás dispuesto a bregar con todo esto. Es más, sin que te quites la máscara ya tienes problemas jajajaja. Te explico: ya te he dicho con anterioridad que todos somos energía y que hay una vibración de afinidad y otra de repelencia. Sin que tú te lo propongas, habrá “resonancia”, es decir resonarás en el tono vibratorio de quien vibra en su corazón como tú; pero desgraciadamente te conviertes en un problema, en un obstáculo, en un peligro para que los que vibran más bajo. Te ven como un rival que está fuera de su alcance y tampoco disimularán para hacértelo saber. Así que no hace falta que lleves una máscara, no podrás evitar vibrar como lo haces jajajaja ¡estás perdido!

¿Quieres verdaderamente ser quien vienes a ser en serio Armando? ¿Estás seguro de eso?

El trabajo interno consiste en ser coherente por fuera igual que lo eres por dentro.

El trabajo interno es ser sincero contigo mismo y con tus apegos. Reconocer dónde fallas y qué tienes que corregir y sanar. Humildad para aceptar aquello que no te gusta trabajar pero que tienes que hacerlo porque te retrasa y no avanzas.

Y repito, hay que saberlo antes de que ocurra y ponerte a trabajar en ello. No sirve de nada llorar y lamentarse después de que “la has cagado”… Hay que tener el firme propósito de afrontar cada situación “siendo quien verdaderamente eres” y eso solo se logra “siendo consciente” y repitiéndolo a cada instante, hasta que te hayas mimetizado con tu Ser.

Y tienes que dejarle “colarse” en tus conversaciones. Y tienes que dejarle “ser” cada vez que actúes en cualquier situación. Porque cuando las filosofías espiritualistas hablad de “traer el cielo a la tierra” se refieren precisamente a esto, a que dejemos que los Seres que realmente Somos ocupen su lugar aquí abajo en cada uno de nosotros.

¿Y sabes qué?

Algunos hacemos un amago como que lo intentamos y les damos paso, pero Lugo rápidamente replegamos las velas. Y como dice mi Maestro: “A ver Jose, si yo no te pido que seas lo que no sientes, pero te pido al menos coherencia en tus formas y buen hacer en cada uno de los pasos que das. Lo otro ya vendrá cuando llegue el momento, porque sin duda llegar llegará”…

Así que Armando, no hay misterio en esto. El trabajo interno es sencillo de saberlo, pero complicado de hacerlo. Tú y todos sabemos qué es lo que no funciona bien en nosotros, en todos y cada uno de nosotros. No somos tontos y cada cual sabe cuáles son sus vicios más ocultos, sus debilidades más pronunciadas, sus miedos más ancestrales, sus peores pesadillas con respecto a nosotros mismos.

No necesitamos que nuestro Ser Superior nos lo diga porque lo sabemos. Pues bien, aun así comos incapaces de reconocerlo y por ende si no lo reconocemos no encontramos necesario sanarlo y corregirlo.

Solo aquél que sea humilde y acceda a rendirse y a no pelear contra lo que Es espiritualmente y le de paso, encontrará la paz consigo mismo y con los demás.

Aunque si he de serte sincero, yo ya no sé si es tarde ya para todo esto, o aún hay tiempo… tengo mis dudas…

¡Ojalá! haya podido ayudarte de algún modo Armando. Tampoco yo sé si soy el más idóneo para hacerlo. Me temo que con la crisis, no tengas más opciones y tengas que quedarte con mi versión de las cosas jajajajaja…

¡Pero oye! Escucha una cosa, dentro de mi torpeza y de mi mal carácter, te digo que “hubo alguien” que apostó por mí y yo quiero corresponderle. No voy a rendirme. Yo sé que puedo lograr ser el maestro que busco ser… ¿me crees verdad?

Un abrazo querido Armando. Ya sabes, tú preguntas, yo respondo…

A tu disposición ¡siempre!