¿Son "nuestros" nuestros sentimientos y todo aquello que expresa "nuestra" personalidad?
¡ Analicemos cómo surgen y que responda la Consciencia !
Un Alma, cuando se incorpora al Colectivo humano terrestre a través de una encarnación, viene sólo como destello o punto de Luz, sin traer en ello más que su "potencial" vital o "niveles de Consciencia desarrollados en su condición humana". Con ese potencial iniciará una creciente influencia sobre las características del óvulo fecundado que irá dando forma al Cuerpo físico que lo representará, el cual se caracterizará con los valores humanos que viene a expresar y, con ellos, trabajar su propia evolución psíquica, así como la del Colectivo humano donde ingresa.
Nuestros Progenitores, nuestros padres, aportan al alma la estructura genética "básica". Sobre ésta y durante el proceso de gestación, ese potencial propio del "individuo por nacer", irá influenciándola de manera tal que el Cuerpo que se geste se ajuste a las características orgánicas y psíquicas de la "personalidad" que lo viene caracterizando en lo humano. Y para llevar a cabo ese "ajuste", influenciará igualmente en los hábitos de los progenitores (durante la gestación) para que se posibiliten las circunstancias nutricionales y ambientales (humanas y físicas) que hagan posible la conformación de la estructura corporal y anímica que aquel precise para "continuar" con el proceso que viene a progresar o reconducir.
No son, pues, las circunstancias externas que vive el feto las que le condicionan en el modo con el que luego se expresará y que la Medicina y Psicología achacan a lo que "le afectó en su gestación", sino todo lo contrario, pues es el espíritu del feto (desde su alma), el que configura todo lo que precisa para "re-construir su organismo y la psique con la que debe retomar su vida terrena". Recordad que… "lo interno da forma o estructura a lo externo". Es así como dos vidas sucesivas pueden ser tremendamente parecidas en sus aspectos humanos (viscerales, orgánicos y anatómicos), dependiendo de las circunstancias que ahora "aglutine" para continuar su proceso personal. Y si la personalidad no cambia mucho en sus inercias vivenciales, incluso en la distancia de siglos pueden continuar siendo muy análogas.
¿Dónde queda en todo esto la propiedad o no propiedad de nuestros Sentimientos y Valores humanos que lleguemos a expresar? Avancemos en el proceso de conformación de una personalidad y lo iremos viendo.
Cada Orbe (en este caso la Tierra), así como en su estructura física y orgánica va dando lugar a lo largo de los siglos al proceso evolutivo que lo caracteriza, del mismo modo va conformando la atmósfera psíquica que generan las experiencias a las que va dando lugar la Humanidad que en él se ha venido desarrollando desde el origen inicial de ésta.
Cada Alma, al ingresar en este plano terrenal, se ve supeditada a lo que en tal atmósfera psico-física global exista, y de ello "canalizará hacia sí", hacia sus modos peculiares de ser, lo que le posibilitará la expresión de estos. Lo que logre "enriquecer" esos valores a los que va a dar vida manifiesta humana, es lo que aportará a la atmósfera global en el transcurso de su vida encarnada. "Enriquecer" valores significa hacerlos más sutiles, más elevados en el orden de la Consciencia.
Nos viene a decir esto anterior que el Alma no "trae consigo" desde fuera de este plano, los valores que le caracterizan en "su condición de humana", sino que precisa "tomarlos" (desde la capacidad desarrollada anteriormente) de lo que "entre todos" hemos ido generando. Los modos en que esos valores o "formas" de comportamiento se sitúan en la atmósfera planetaria, están siendo denominados en la actualidad, por las mentes más acercadas a lo científico, "campos de consciencia", que junto con las demás posibilidades físicas (comportamientos y formas físicas) se les da el apelativo de "Campos Morfogenéticos" o "Campos Mórficos". Es lo que en algunas tradiciones filosóficas lo llaman "Archivos Akásicos". Y también se le denomina "Noosfera", un modo de "red" planetaria pensante, un sistema de conocimiento e información, una red global de autoconciencia instantáneamente retroalimentada. Por tanto, como define la propia Física Cuántica, todo es "función de interacción", y nada de por sí de un sujeto o individualidad.
¿Qué podemos ir sacando en conclusión hasta ahora? Pues que todo está supeditado a lo que paso a paso vayamos construyendo entre todos, y que no hay saltos cualitativos, sino que todo es una progresión, y que para que algo se instaure como valor con posibilidad de ser, es preciso irlo cultivando desde el modo inicial de su condición, así como repetirlo una y otra vez (por el mismo individuo o, aún mejor, por diversos) para que se vaya consolidando en la atmósfera global. Y también debemos concretar que "todo está cuantificado". ¿Cómo puede comprenderse esa cuantificación? Con lo siguiente:
Todo organismo está provisto de una "piel", de una membrana,… de un contorno que circunscribe sus contenidos a una estructura determinada y a la cual protegen, dentro de la cual se desarrolla su peculiaridad. En el caso de la Tierra, las diversas capas atmosféricas cumplen ese cometido, siendo la Ozonosfera (dentro de la Estratosfera) la que con más radicalidad cumple tal función protectora de influencias externas. Y de igual modo, en el campo de la consciencia, su desarrollo planetario tiene la misma condición de peculiar, supeditado a lo que la Humanidad inmersa en ella vaya posibilitando su desarrollo. Con esto vemos que… no se trata de "pedir" desde lo Mental a otros planos más elevados, sino de consolidar, de materializar con nuestras propias implicaciones, con los cambios que logremos hacer internamente, aquello que deseamos sea una realidad en el comportamiento humano terrenal.
Es así como cada Alma podrá ir canalizando (tomando en uso) de la atmósfera psíquica terrestre, los Valores psíquicos que haya venido caracterizando su personalidad humana, a fin de irlos transformando en sí, tal como un árbol hace con los elementos de la tierra donde implanta sus raíces, y exhalando a la atmósfera el fruto de su metabolismo más interno. Y será con nuestra primera respiración, al nacer, como nos hagamos ciudadanos de este mundo con posibilidad de incidir en su atmósfera psíquica, pues la función Respiratoria es la que posibilita la intervención de las estructuras cerebrales de conciencia en aquello que vivenciemos.
Debido a la Dualidad que rige en todos los planos encarnados (densidad regida por el espacio-tiempo), es por lo que en un Grupo familiar, por ejemplo, hacen acto de presencia individuos con características bien diferentes, o más bien contrapuestas-complementarias y que vienen a posibilitar una doble finalidad evolutiva: Cada uno de ellos se concreta en una diferenciación de los demás, con lo cual las posibilidades del Grupo son de más riqueza, y al mismo tiempo cada individuo tiene la posibilidad de convivir, de percibir, de… superar, lo que es el tener a otro Ser que expresa algo contrapuesto a él, que es donde sabemos está lo más difícil de abordar pero lo de mayor enriquecimiento. Si nos diéramos cuenta de que nosotros "podemos ser como gustamos de ser" sólo cuando otros equilibran esas energías de vida dando expresión a lo complementario pero que la conciencia ordinaria percibe como contradictorio, otro sería nuestro "enjuiciar lo oportuno o no oportuno en los demás".
Cuando utilizamos aquí el término "Valores", debemos incluir en él a todo aquello que pueda ser posible de expresarse en lo Humano y no necesariamente lo que pensemos que es "positivo". Caben en aquel la… belleza, bondad, ira, inteligencia, torpeza, sensibilidad, rudeza, generosidad, optimismo, avaricia, vanidad, fuerza, debilidad, inseguridad, mutismo, éxito social, clarividencia, pragmatismo, imaginación, dulzura, agridez, amoroso, enjuiciador,… y todas y cada una de las cualidades orgánicas viscerales, corporales, mentales, anímicas y del sentimiento. Nada de todo ello debe enjuiciarse como positivo o negativo, pues todo cumple la función de posibilitar la experiencia de su extremo polar, como la noche y el día, o la luz y la sombra.
¿Cuesta aceptar que todo está cuantificado y que aquello que me caracteriza no es "mío", sino sólo tomado prestado de la "despensa" colectiva? ¡Pues claramente Sí! ¡Sí que cuesta! No de otra manera resulta tan esencial desarrollar a nivel PRÁCTICO Y REAL la Consciencia de Unicidad de la que tanto últimamente se habla, y el sentido que tiene en todo esto el COMPARTIR-NOS, que no es el dar de lo que tenemos en nuestras pertenencias materiales, sino de lo que Somos en Esencia, y en esto último están todos esos Valores que hemos ido cultivando, para que puedan ser experimentados por otros, y especialmente por aquellos que situados cerca de nosotros por vínculos emocionales (padres, hijos, hermanos, amigos,…) más los pueden necesitar, ya que son los que nos están facilitando el que seamos como tendemos a querer ser humanamente en lo que valoramos de nuestra condición.
Observad cómo con cada ingreso de un nuevo miembro familiar, las posibilidades e inercias de los demás (no necesariamente de todos pero sí especialmente de alguno de ellos), adquiere una condición bien diferente en algo. Pudiera ser también el cambio en una de las circunstancias del grupo familiar, y es que con cada ingreso, hay un nuevo aporte energético (canalización de modos de ser) y el "reparto" de Valores adquiere alguna variación. Y de la misma manera sucede cuando nos vinculamos emocionalmente a alguna otra persona, donde ocurre lo que vengo a llamar "trasvase de valores" y que posibilita el potenciamiento de alguna condición de uno y del otro, con merma de la contrapuesta. Por eso, el sentir que me acompaña es el de… "No soy,… No Eres,… ¡SOMOS!"
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