Bueno querido Pablo, respondiéndote con sinceridad a la pregunta de cómo soy, es muy sencilla de responder para mí... SOY MUY TORPE... terriblemente torpe. Y me voy a explicar como mejor pueda para que me entiendas...
En un principio, de niño, era hábil, despierto y audaz. A los 16 años me escapé del colegio y viví durante algún tiempo en las calles. No necesitaba nada y me defendía muy bien porque repito, era listo y muy hábil...
Pero, estaba sólo. La soledad te obliga a asociarte con otros y a tomar decisiones. Mayormente esas decisiones suelen ser equivocadas, porque depende de a quién te asocies. (Dime con quien andas y te diré quien eres), dice un refrán español. Y desde luego lo que yo conocí por esas calles no era lo más aconsejable.
Siempre hay "una mano" que surge de no sé dónde y que te salva en el último momento.
Mi existencia no hubiera sido la misma si no hubiera conocido al amor de mi vida. Ella me hizo ver la pureza, la bondad y la sencillez y bendita la hora en que me dejé llevar.
En mis planes estaba forjado a fuego el navegar como marino y el conocer distintos puertos y gentes de todo tipo. No me importaba qué tipo de energías fueran...
Afortunadamente me casé y tuve dos hijos preciosos con ella. Mi vida fue de mucho trabajo y de claridad total.
Y sabes, respondiendo a tu precisa y concreta pregunta sobre la agilidad y soltura. Todo ha cambiado jajajajaja.... me he vuelto torpe, lento y cómodo.
Tengo una tripa cervecera considerable. Se me está cayendo el pelo y toda esa audacia que me caracterizaba se he convertido en desidia y falta de interés por moverme. Solamente me levanto para ir a trabajar donde luego estoy sentado varias horas y si acaso doy un pequeño brinco al frigorífico a por una cerveza fría y un chuletón.
Pero ¿sabes qué?
Soy más sabio. Tomo decisiones coherentes. Y sobre todo no espero nada de nadie.
Conozco al ser humano y sé perfectamente hasta dónde llega. No deseo nada que provenga del hombre, porque nada puede asegurarme.
Tú dices: ¿prefieres la velocidad o la soltura?
No Pablo, yo prefiero la serenidad, la sabiduría, el discernimiento. Mi cuerpo se mueve lento, pero mi mente es rápida, cuidadosa, pero rápida.
La parte en la que lo importante era el culto al cuerpo y lo que nos preocupaba era la aprobación de los demás, a mi ya se me ha pasado. La opinión de los demás me importa un bledo. No me interesa. En el trabajo por ejemplo, a mis jefes les interesan los vigilantes esbeltos, fornidos, guapos, rubios, que hablen inglés... jajajajaja
Yo soy todo lo contrario. Un berraco grasiento, mal encarado, cómodo y que de inglés lo único que sabe es que las ingles se sitúan entre la parte superior interna del muslo y la cadera...
Pero como tengo un contrato fijo con ellos no les queda más remedio que respetarme y aguantarme aunque no sea su prototipo ni su perfil preferido jajajajaja
Y bueno, ya te he respondido a la pregunta de cómo soy y todo lo demás...
Ahora vamos con tu otra cuestión; eso de ¿cómo le hago para eso de entrenar tu cerebro, ya que como dices, se demora excesivamente y parece atrofiado algunas veces?
Y bueno, se hace "observando" y sobre todo "contemplando" desde una perspectiva que pocos se han planteado. Claro que esto lleva su tiempo; no se logra de la noche a la mañana, pero se consiguen logros si se hace bien.
Observar quiere decir mirarlo todo, pero no emitiendo juicios sobre nada. ¿Se entiende? Es decir, si por ejemplo estás en un grupo de gente y quieres observar, lo primero que tienes que hacer es estar callado. Si además de estar callado por fuera, también lo estás por dentro, en tu rostro y en tu mirada tampoco se notará absolutamente nada, por lo tanto ellos tampoco te tomarán en cuenta.
Estar callado por fuera ya sabes lo que es; pero estar callado por dentro es más complicado de hacer. Me voy a explicar:
Si observas algo que dice alguien y no te gusta, tú le asignas un juicio, el que sea, tu mirada reflejará que te desagrada esa persona. Entonces tu aura también la rechazará. Y claro, lo que desconoce todo el mundo es que cuando te encuentras con otras personas, lo primero que se saluda y entra en contacto es el aura de cada uno.
Al llevar una información de desaprobación, tu aura, está negando el saludo o el abrazo al aura de aquél a quien observas. Y aunque no lo creas, su aura se da cuenta y le envía a su cerebro una señal química y energética.
Esa persona te verá como a un enemigo y también le desagradarás.
Por ende, hay que observar, pero hay que callar por dentro. Es decir, hay que no juzgar, hay que no enredarse pensando en lo que te desagrada de tal o cual persona. ¿Y eso cómo se hace? poniéndote en la piel de todos. Empatizando. Siendo neutro.
Cuando alguien está contando una historia y no le crees, ni tampoco te gusta cómo la cuenta y ni siquiera lo hace corto para no incordiar, lo primero que todos hacemos es poner mala cara y pensar lo estúpido que es y lo mucho que tarda en callarse jajajaja
Pues bien, hay que poner tu mente en standby y eso se hace, no observando, sino "contemplando"... Es decir, casi no escuchas o escuchas como de fondo sin prestar atención. No te interesa en contenido, sino el continente...
Me explico:
No miras quién habla y qué dice, si no por qué dice lo que dice y cómo se siente.
Contemplas si se encuentra excitado o no y tú lo miras, pero lo único que haces es contemplar qué necesita de ti para poder transmitir lo que verdaderamente quiere decir de verdad, no lo que está diciendo.
Te pondré un ejemplo más claro todavía.... Imagina que te está hablando tu jefe. Sé que no lo tienes, pero quiero que lo imagines. Imagina a un señor con un largo puro en su boca, le brillan mucho los ojos pero los tiene hinchados. Su voz cuando se dirige a ti es excesivamente elevada para lo cerca que estáis el uno del otro. Y además, incluso hace además de no recordar tu nombre jajajajaja....
Este señor por la razón que sea, quiere recordarte que es tu jefe y que el que manda es él. Seguramente en algún momento de vuestra relación ha visto tu mirada y le ha parecido demasiado osada. No le gustan los trabajadores que le miran fijamente y mucho menos si encima están relajados en su presencia. Él quiere que todo el mundo se ponga nervioso e intranquilo cuando él se pone delante; pero tú llevas tiempo sin hacerlo y eso le ha puesto de mal humor.
Pues bien, tú no tienes que estar analizando cuánto de potente es su voz y cómo hasta te salpica con saliva cuando se acerca a ti. Tampoco tienes que tener en cuenta las palabras que utiliza para hablarte; probablemente hasta usará adjetivos poco edificantes o simpáticos contigo y por supuesto no tendrá ningún cuidado en hacerte sentir una persona respetada, si no que procurará hacerte ver que le importas un bledo, es decir, nada...
Y para finalizar te dirá... ¡esteeee... ¿cómo era su nombre?...dígame!
jajajajaja, lo sabe de sobra, pero no quiere molestarse en decirlo para hacerte sentir menos que un trapo viejo.
Aquí tienes un ejemplo de cómo una persona puede encender tus instintos más primarios y buscar tu reacción inmediata, conociendo de antemano que no tienes motivos para agredirle y mucho menos la razón te asiste, porque no ha cometido ningún desliz a simple vista y además es tu superior. Con lo cual si aquello terminara en una trifulca, tú no tendrías defensa posible... ¿es cierto o no?
Pues bien, lo más importante es no juzgarle por quién es; no tener la conciencia de que es tu jefe. Sino un hombre cualquiera que busca llamar tu atención por algo.
Segundo, como no estás excesivamente concentrado en lo que dice, tampoco debe molestarte el tono que emplea, porque lo único que te preocupa es "por qué lo hace".
Tercero, como te decía, hay que empatizar con ese ser humano que lucha por demostrar su poder y si lucha por hacerlo, es porque cree no tenerlo o lo necesita en demasía. Lo sabio sería complacerle y dárselo, pero sabiamente...
Y sabiamente se le otorga poder a alguien cuando se asiente muy despacio con la cabeza cada vez que habla. Es decir, apenas le estás escuchando, pero tú vas afirmando con la cabeza constantemente y le miras fijamente a la boca, como pidiendo más palabras que aceptas con agrado.
Habrás cumplido con dos objetivos primordiales, uno no molestar a quien quiere humillarte y dos afirmar que todo lo que él dice es muy interesante y bienvenido para ti, con lo cual le das poder... ( o es lo que él cree).
No te habrás enterado de los insultos que te habrá dirigido, pero ni falta que hace, porque no te daña, no te afecta, no vas a vibrar como él quiere...
Y al mismo tiempo, no le has comunicado con tu aura que quieres una pelea, porque tu aura estaba buscando darle lo que vino a buscar, que era sentir poder sobre ti...
¿Se entiende esta parte?
A todo esto se le llama observar y estar callado por dentro y por fuera.
Ningún humano sabemos ponerlo en práctica. Raro es el que no salta como un resorte y responde de inmediato o si no lo hace, al menos lo refleja en su rostro poniendo mala cara o cara de burla, etc...
En lo poco que te conozco a ti querido Pablo, es muy difícil que tú calles jajajaja... no solo por dentro, si no por fuera sobre todo.
A mi me ocurría lo mismo; pero el tiempo me está enseñando a ir dominando esta técnica. Te aseguro que te hace más sabio, pero no por ello débil, si no más bien prudente y desconcertante.
Desconcertante porque nadie sabe qué esperar de ti. Yo te aseguro que tu mente se vuelve más rápida cuando menos hablas por dentro y por fuera. Tu mente recibe muchos impulsos, a cuál de ellos más interesante...
A ver, ¿alguna vez te has fumado "un porro" de cannabis?
Si lo has hecho, te habrás dado cuenta de que surgen muchas ideas en tu mente y se agolpan todas ellas sin que tú las hayas llamado. A la gran mayoría les da por tener una risa tonta, pero aquel que esté pensando y observando a otros, comprobará que les cambia el rostro y que parecen ver diferentes identidades en una misma persona.
jajajajaja con esto no quiero decir que fuméis "porros", solamente para quien los haya probado alguna vez, habrá comprobado que la DTM le hace pensar y captar por encima de sus posibilidades.
Ocurre lo mismo con la "soga del muerto" o Ayahuasca y con otras sustancias que abundan por ahí.
Pues bien, la técnica de la contemplación y observación bien extendida en el tiempo, a lo largo de los días, hace el mismo efecto que las DTM pero en cambio lo hace sin causar estragos en el organismo y sin convertirte en un adicto a nada.
Con razón dicen los grandes maestros que el silencio y el ayuno, son los grandes trampolines hacia la sabiduría. Lo que no explica nadie es el motivo.
Y el motivo es que al no entrar a juzgar, no te alimentas de la energía de nadie. Al no alimentarte de la energía de nadie, tú te vacías y por ende, dejas más sitio a los impulsos de la verdadera comunicación.
Como dice mi Maestro, a escuchar en el silencio y a ver en lo invisible.
Ya conoces un gran secreto Pablo. Si eres capaz de estar callado por dentro y sobre todo por fuera. Si eres capaz de no juzgar, ni prejuzgar. Si eres capaz de ver a otros como las luces que son , pero que todavía no han aprendido a brillar, entonces habrás dado un gran paso.
Cuando en vez de personas, ves espejos... entonces aprendes a estar callado. Aprendes a ser NEUTRO.
Un abrazo querido Pablo.