La motivación del buscador era poder ver con claridad, y eso es algo que llega pronto. La vida sería estéril y frustrante si todos tuvieran que buscar sin encontrar nada. En el plan divino todas las preguntas traen sus respuestas. Una vez que se pregunten verdaderamente dónde está esa inteligencia no circunscrita omniabarcante, omnisciente, omnipresente, omnipotente es totalidad eso es "Dios verdadero", y asi verán la respuesta. El nacimiento del vidente es tan revolucionario como cualquiera de los pasos anteriores. Marca el final del ego, el final de toda identificación externa.
"El Vidente sabe y confía en su verdadera escencia, ve a través de ella..., que bien sabemos es la visión de nuestro doble cuántico..., mantener el vínculo es la obtención de ver con claridad, es tener la lucidez de nuestra consciencia circunscrita, pues nos ofrece esta habilidad de ver a través de su real visión"
El vidente en lugar de verse a sí mismo como un hogar de carne y hueso para el espíritu – un fantasma dentro de una máquina -, se da cuenta de que todo es espíritu, y ve como espíritu que esta fundido en el tejido del universo, vive entrelazado a la consciencia universal de la totalidad. El cuerpo también es espíritu entretejido en una forma que los sentidos pueden ver, sentir y oler pero en una manifestación acoplada a este ámbito mas denso de esta realidad de 3D; la mente es espíritu en una forma que se puede oír y comprender. Pero el espíritu mismo, en su forma pura, no es ninguna de estas dos y se percibe únicamente a través de una intuición agudizada, más lúcida y despierta, y se torna consciente de sí.
El espíritu es silencio puro que desborda potencial infinito. Cuando ustedes adquieren conocimiento sobre algo, adquieren conocimiento sobre una cosa; cuando adquieren conocimiento sobre el espíritu, se convierten en la sabiduría misma. No existe la necesidad del ego de tomar, o poseer o destruir. Cuando no hay carencias para llenar, el simple hecho de estar aquí en este mundo, en su cuerpo, es la meta espiritual más elevada que podrían alcanzar.
El vidente se diferencia del buscador en que ya no tiene que tomar decisiones y escoger. El buscador todavía está inmerso en la ilusión en la medida en que va por ahí diciendo: “Aquí está Dios, aquí no está Dios”. El vidente, por su parte, ve a Dios en la vida misma el sabe que es totalidad y su cohesión así se lo permite, sin limitaciones. Su vínculo lo hace ver como una totalidad. La larga lucha interior ha terminado por fin y el guerrero puede dejar atrás sus fatigas. En lugar de la lucha experimenta que todos sus deseos se cumplen con naturalidad y sin esfuerzo, es la manifestación espontánea, instantánea, es coherencia en toda su potencialidad. No hay señales externas que nos permitan reconocer a los videntes, pero en su interior ellos se sienten abiertos y a gusto hay un bienestar en ellos; y permiten que los demás sean como son, lo cual es la forma más elevada del amor; no les ponen obstáculos a los demás y tampoco a los acontecimientos, y han renunciado a todo sentido del “Yo egoísta”.