Hablaba hace unos días mientras viajaba en el auto, con alguien muy querido para mí. Él me preguntaba que cómo podíamos demostrar que hubo un continente que ahora está sumergido. Yo le respondía que tanto Lemuria como Atlántida están presentes en nuestra historia por los legados que dejaron; hay leyendas, hay memoria adeneística y hay escritos como los de Homero que reflejan todo aquello. Él insistía en que a día de hoy eso ya no sirve y si tan seguros estuviéramos, ¿por qué no iniciar una búsqueda por los fondos marinos para poder demostrar lo que estamos afirmando?
Le dije que eso costaba muchísimo dinero y que no había empresa ni corporación, que iniciara un proyecto de esa envergadura, sin obtener un beneficio económico asegurado.
Pero mira tú por dónde, parece que eso está cambiando...
Arranca la expedición al continente sumergido de Zelandia
Científicos de varios países perforararán el fondo marino para intentar reconstruir la historia de esta masa de tierra separada de la Antártida hace millones de años.
Un equipo internacional de científicos está a punto de zarpar hacia Zelandia, el continente sumergido que fue descrito a principios de este año y del que se ignora casi todo.
Zelandia sería el octavo continente de la Tierra. Con un tamaño de unos cinco millones de kilómetros cuadrados, abarca una extensión unas 10 veces mayor que España. El 94% de todo su territorio está sumergido bajo el océano Pacífico y solo emergen sus partes más altas: Nueva Zelanda y Nueva Caledonia.
La próxima semana, una expedición internacional de 120 tripulantes partirá desde Townsville (Australia) hacia el territorio sumergido de Zelandia. Organizado por el Programa Internacional de Descubrimiento Oceánico (IODP), el proyecto de dos meses perforará el fondo marino a profundidades de entre 1.000 metros y 5.000 metros en seis puntos del continente. Un equipo de 30 científicos de 12 países analizará los sedimentos acumulados durante millones de años para intentar reconstruir la historia del continente.
"Esta es la primera expedición oceánica que analiza en detalle la historia de Zelandia y también la más grande que se ha realizado hasta el momento", explica a Materia Peter Blum, investigador de la Universidad A&M de Texas y jefe de la expedición.
LAS DIFICULTADES DE ESPAÑA EN INVESTIGACIÓN OCEÁNICA
La presencia de Laia Alegret en esta misión marca el regreso de España a los proyectos internacionales de perforación oceánica después de seis años de exclusión. El Gobierno de este país dejó de pagar las cuotas del IODP con lo que los científicos españoles fueron excluidos desde 2011. Según Alegret, España ha accedido a pagar una cantidad de 150.000 euros al año para regresar al programa, aunque esta cuota "no permite ni siquiera que haya un español en una misión cada año". Fuentes de la Secretaría de estado de I+D+i que dirige Carmen Vela explican que España regresó al programa en 2016 y que no tiene previsto elevar la cuota actual de cara a 2018. Alegret, oscense de 41 años, ha sido premiada con una beca Leonardo de la Fundación BBVA que le permitirá financiar su participación en el proyecto de Zelandia.
El buque Resolution hará sondeos del fondo marino hasta profundidades de entre 300 metros y 800 metros. Los sedimentos, minerales y microfósiles en las muestras, así como sus características magnéticas y físicas, ayudarán a responder las preguntas sobre Zelandia.
Laia Alegret es la única científica española en la tripulación. Se encargará de analizar los microfósiles que se recuperen del fondo marino. "La evolución de Zelandia es bastante desconocida. Sabemos que en algún momento estuvo emergida y que después se hundió y con este proyecto queremos entender cuándo sucedió y conocer sus movimientos de deriva", explica la paleontóloga. Los organismos unicelulares son muy útiles para datar los sedimentos y saber si el terreno estaba emergido, era una playa o fondos abisales, explica la científica.
Hace unos 85 millones de años, Zelandia se desgajó de la Antártida y Australia. Desde entonces la separación entre ambos continentes y el choque con las placas oceánicas han estado alargando y acortando la distancia con Australia. "Es probable que todo el continente estuviese por encima del nivel del mar hace 50 millones de años y después se hundiese y es lo que vamos a comprobar", explica Jerry Dickens, investigador de la Universidad Rice (EE UU) y jefe científico de la misión.
La investigación también puede ayudar a explicar mejor el clima global. Los actuales modelos climáticos no funcionan bien para recrear el clima de la Tierra hace unos 50 millones de años. "Ese era un momento de calentamiento global como el actual, había cocodrilos y nenúfares hasta en el Ártico. Los modelos actuales muestran una anomalía justo en esta época y puede deberse a que hasta ahora no han incluido a Zelandia", explica Alegret, para la que esta será su primera expedición oceanográfica.
La existencia del continente sumergido se propuso en un estudio de 1995, gracias a los datos acumulados en décadas anteriores por barcos que buscaban petróleo y otros recursos. Su descubrimiento se enmarca en los esfuerzos de Nueva Zelanda por expandir su plataforma continental y reclamar derechos sobre los recursos que contiene.
En febrero de este año, científicos neozelandeses publicaron el primer estudio completo para defender la titularidad de Zelandia como continente en términos científicos. Sus principales argumentos son que tiene una gran extensión y que está separado de la vecina Australia. Además, está compuesto por corteza continental y rodeada por placa oceánica, como lo están el resto de continentes.
Este sería el octavo continente de la Tierra. Con un tamaño de unos cinco millones de kilómetros cuadrados, abarca una extensión unas 10 veces mayor que España
El problema es que no hay una definición exacta de continente —unos geólogos consideran que hay cinco, otros siete. La aceptación de Zelandia será cuestión de esperar y ver si la comunidad científica asume esta nueva adición en el mapamundi, que sería el primer continente sumergido.
Los investigadores del proyecto albergan pocas dudas de que Zelandia es un continente de pleno derecho. "Lo que le hace tan interesante es que cambia nuestra concepción de lo que es un continente y nos muestra que son entidades que cambian mucho con el tiempo", explica Dickens. Laia Alegret añade que Zelandia debe incluirse desde ya en los mapamundis, "si no, la gente pensará que Nueva Zelanda y Nueva Caledonia son parte de Australia cuando ahora sabemos que no es así", señala.