Emi querida... en muchas ocasiones os puse ese mismo ejemplo en la salita, pero casi todo lo que os he contado se os olvida. Hice una recreación una vez en la salita con esta historia... Os contaba: imaginad chicos, a un albañil, que un día le mandan a él y a sus compañeros a un gran palacio antiguo para restaurarlo. A la hora del almuerzo, sus compañeros salen a un bar cercano para almorzar. Él, como ya traía su comida en una bolsa, decide quedarse a almorzar en el antiguo salón de la casa. mientras come, observa los muebles cubiertos con sábanas viejas y llenas de polvo. Observa que también hay un piano en las mismas condiciones. Y como se dio cuenta de que no había nadie por ahí, se tomó la libertad de destapar el piano y ponerse a tocar. A medida que avanzaba en su golpeo a las notas con su tosca mano de albañil, se fue emocionando y se puso a tocar con las dos, concentrándose en lo que estaba haciendo.
Al cabo de unos minutos, estaba interpretando una composición de Juan Sebastián Bach... se asustó y no comprendía cómo era posible que tuviera ese conocimiento oculto tan extraordinario.
Entonces os comenté que eso se llamaba: "RECUERDOS DEL SER".. porque aunque no lo creais, el Ser de cada uno recuerda la memoria de todas las habilidades que tuvimos en vidas pasadas y llegado el momento, las recuerda y las pone al servicio de su materia. Por eso a veces somos capaces de hacer o ejercer oficios que ni recordamos, ni nos hubiéramos imaginado nunca que pudiéramos hacer.
Ya sé que no es el caso de tu hijo Javier este ejemplo, pero con toda seguridad te digo, que en una de sus vidas anteriores, seguramente ya ejerció si no de maestro, sí al menos de alumno aventajado. Quizá por allá del siglo XVI o por sus aledaños...No tengo ni la más mínima duda.
Y para terminar mi comentario te digo... todos cuantos estamos amando la espiritualidad, con toda seguridad hemos tenido un pasado en algún monasterio, en alguna tribu como chamanes o en al´gun núcleo de población como guerreros de la Luz...
Ahí lo dejo. Te quiero mucho Emi, aunque llevemos días que no coincidamos. Cuídate mucho corazón...