Aquí donde el mar reluce y sopla fuerte el viento sobre una vieja terraza frente al golfo de Sorrento un hombre abraza a una mujer
después de que había llorado luego se aclara la voz y vuelve a dar comienzo al canto.
Te quiero mucho, pero mucho, mucho, sabes... es un cadena ahora que funde la sangre en las venas, sabes...
Vió las luces dentro del mar, pensó en las noches allí en América pero sólo era el reflejo de algunos barcos y la blanca estela de una hélice. Sintió el dolor en la música, se levantó del piano pero cuando vió la luna salir tras una nube le pareció dulce incluso la muerte. Miró en los ojos la muchacha, esos ojos tan verdes como el mar luego de repente salió una lágrima y él creyó de ahogar.
Te quiero mucho pero mucho, mucho, sabes... es un cadena ahora que funde la sangre en las venas, sabes...
Fuerza de la lírica donde cada drama es un falso, donde con un buen maquillaje y con la mímica puedes llegar a ser otro. Pero dos ojos que te miran tan cercanos y tan auténtícos, te hacen olvidar palabras, confunden pensamientos. Así todo parece tan pequeño, también las noches allí en América miras atrás y ves tu vida como la estela de una hélice. Sí, es la vida que se acaba sin embargo él no lo pensó tanto por el contrario, se sentía ya feliz y volvió a comenzar su canto.
Te quiero mucho pero mucho, mucho, sabes... es un cadena ahora que funde la sangre en las venas, sabes...
Te quiero mucho pero mucho, mucho, sabes... es un cadena ahora que funde la sangre en las venas, sabes...